El Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO) completa el traslado de 150 pacientes al nuevo edificio hospitalario -un día antes de lo previsto-, que supone "un salto de calidad", tanto en el confort de los internos, que pasan a ocupar habitaciones individuales, dentro de unas dependencias mucho más amplias y modernas, como de calidad en las prestaciones sanitarias, al estar dotado con las tecnologías más avanzadas, explica el director de procesos de soporte de la gerencia y coordinador del equipo de traslados, José Antonio Ortigueira.

Destaca que el traslado ha concluido antes de lo previsto, porque "cuando uno hace la planificación, lo hace en términos muy conservadores, y si luego las cosas se desarrollan como se deben desarrollar, se puede ir avanzando un poco más". En ese sentido, agradece la disposición mostrada por el conjunto del personal en la tarea: "Todo el mundo está colaborando muchísimo. Están muy implicados los médicos, las enfermeras, los celadores, los informáticos y el personal de servicios. Hay mucha gente trabajando en el hospital para hacer el traslado", agrega.

Las tareas de traslado se iniciaron el viernes por la tarde, hasta las 19 horas. En la jornada de ayer retomaron el trabajo a las 9.30 horas, hicieron una parada, para respetar la hora de comer de los pacientes, y reanudaron la actividad a las 15 horas, hasta finalizar, después de las 17 horas.

Tras la realización de un ensayo general sobre el traslado para testar los tiempos y dificultades de la tarea, procedieron al cambio de una unidad de Medicina Interna al nuevo edificio de hospitalización hace un par de semanas, para comprobar que los flujos que se habían establecido eran los correctos y que los sistemas funcionaban adecuadamente. En días posteriores terminaron de completar la planta. Una vez que comprobaron que "todo funcionaba bien, empezamos con el traslado reglado", explica José Antonio Ortigueira.

A pesar de que todo va mejor de lo previsto en un primer momento, el coordinador del equipo advierte de que "todavía nos quedan otros tantos pacientes o más por trasladar, y luego hay que hacer reajustes internos, dentro del Hospital Cristal, porque se va a someter a una profundísima remodelación, para dejar las habitaciones en las mismas condiciones que se encuentran en el nuevo edificio de hospitalización". Por lo tanto, "hay que dejar zonas libres, para que las empresas puedan trabajar".

Todavía queda pendiente la tercera fase del traslado de pacientes, por la complejidad que tiene el cambio. En este sentido, José Antonio Ortigueira advierte: "No podemos llenar un edificio nuevo, absolutamente de golpe, de un día para otro, porque eso no tendría mucho sentido. Hay que ir poco a poco, que los sistemas se vayan asentado, que la gente se vaya acostumbrando a trabajar en un edificio nuevo, y luego hay que tener en cuenta que cuando uno se va a una casa nueva, se puede encontrar con cosas con las que no contaba". Por lo tanto, señala: "Hay que ser prudentes, y darle prioridad a la seguridad del paciente por encima de todo. Eso es lo que estamos haciendo".

La tercera fase del traslado, para un número de pacientes similar, se acometerá "en los próximos días o semanas". Hasta ahora se ha procedido al traslado de los servicios de Neurología, Medicina Interna -uno de los más grandes que hay en el hospital- y el de Neurocirugía. Quedan por trasladar los pacientes de Hospitalización del Área Médica, Oncología, Cirugía General y Traumatología, además de realizar ajustes dentro del Hospital Cristal.

Contrariamente a lo que podría presuponerse, la intervención del personal sanitario en dos edificios, durante el período de traslado, "no supone ninguna complicación", asegura Ortigueira. Los médicos están "dejando de actuar" en el Hospital Santa María Nai, para hacerlo en el nuevo edificio de hospitalización. "Todo lo contrario: hasta ahora el servicio de Medicina Interna estaba distribuido en tres edificios, que eran el Nai, el Cristal y el Materno Infantil, y se está concentrando todo en el nuevo edificio de hospitalización", explica el coordinador del equipo de traslados.

A pesar de que el nuevo edificio hospitalario cuenta con mayor dotación informática, como la aplicación de la electrónica en la farmacia y en el laboratorio, "no supone un gran problema para el personal, porque los profesionales que van a trabajar en las nuevas dependencias, ya han visitado la planta: la conocen. Cambia el mobiliario, pero a eso estamos acostumbrados. Los ordenadores y los programas siguen siendo los mismos", detalla José Antonio Ortigueira.

El coordinador del equipo de traslados resalta que "con lo que estamos haciendo -el cambio al nuevo edificio de hospitalización-, ganamos todos", tanto pacientes como profesionales de la medicina. Se incrementa el confort de los pacientes", que pasan de compartir un baño entre dos habitaciones, que sumaban seis internos a tener habitaciones individuales o dobles, a disponer de un baño cada una. Y a esto hay que sumarle otros aspectos, como la ampliación de espacios y de luces. Esto también repercute en la forma de trabajar del personal sanitario, que puede trabajar más cómodo, además de la incorporación de las nuevas tecnologías.