El Sergas pretende administrar más de 70.000 dosis durante la campaña de la vacuna antigripal que empezó ayer, mediante el suministro de la misma al 65% de la población mayor de 65 años y "si es posible al 35% de la de 60 a 64 años y al 40% de los trabajadores de la propia plantilla sanitaria, explica la subdirectora de Enfermería y coordinadora de la campaña antigripal, Dolores Sánchez.

El personal sanitario -cuenta con conocimientos y se encuentra en una franja de edad que no representa ninguna complicación, por lo que existe cierta resistencia dentro del colectivo a sumarse a la campaña- sufre un "doble riesgo" de contagio, mediante el contacto con pacientes enfermos, y de transmitirla, tanto en su domicilio, como a los enfermos de riesgo a los que cuida.

Pese a que Ourense se encuentra a la cabeza de Galicia, en lo que se refiere a seguimiento de la vacunación antigripal -el año pasado llegó al 60,53%, más de cuatro puntos por encima de la media gallega-, la coordinadora de la campaña se marca como reto incrementar el número de participantes, porque "la vacunación es la mejor estrategia para prevenir la gripe y las complicaciones". Recuerda que el año pasado se declararon 4.904 casos de gripe en la provincia de Ourense, de los que 120 requirieron hospitalización y hubo 12 fallecimientos. Esa es la razón por la que Sanidad invierte 1,9 millones de euros cada campaña, para el suministro de 560.000 vacunas en el conjunto de Galicia.

Ourense cuenta con 185 puntos de vacunación. Los pacientes de esta provincia pueden recibir las correspondientes dosis en 107 centros de salud, 6 puntos emplazados en centros hospitalarios, 32 centros sanitarios privados, 31 residencias de la tercera edad y 3 residencias de discapacitados.

Hay tres grandes grupos de "población diana" en esta campaña. El primero está formado por los mayores de 60 años, haciendo más hincapié en los de 65 o más años, los que se encuentran en residencias y centros de crónicos, las embarazadas y las personas que presentan diversas patologías con riesgo de complicaciones, como los cardiovasculares, respiratorios, diabéticos, enfermos renales, hepáticos y enfermos con cáncer, entro otros. El segundo bloque está formado por las personas que pueden ser transmisoras de la gripe a la población de riesgo, como los trabajadores, el personal que trabaja en instituciones cerradas, los cuidadores y familiares.

El tercer bloque lo constituyen las personas que trabajan para la comunidad, como las fuerzas de seguridad, los bomberos y trabajadores de instituciones penitenciarias.