"Fui yo quien les avisé de que el fuego estaba llegando a nuestras casas, porque él y su mujer estaban viendo la televisión y no se habían dado cuenta. Marcelino salió sin bastón ni nada, solo quería salvar a sus ovejas y regar el terreno para humedecerlo, por si llegaba el fuego hasta allí. Pero en minutos todo quedó envuelto en llamas y humo y ya vimos a Marcelino tirado en el suelo, junto a aquel castaño más grueso".

Así relataba Áurea Rial, vecina de Abelenda das Penas, en Carballeda de Avia, Ourense, el modo en el que se produjo la muerte de Marcelino Martínez Fernández, de 78 años la víctima mortal ourensana de la oleada de incendios que calcina la provincia y que suma ya cuatro muertos en Galicia.

"La finca era su vida desde que hace muchos años, desde que regresó de la emigración y volviera al pueblo", explican sus vecinos. Nadie presagiaba ese fulminante final. "Todo estaba envuelto en humo y llamas no podíamos ver nada, ni siquiera su mujer pudo acercarse más o moría también", sentencia Antonio Martínez, otro vecino.

El hijo y la hija de Marcelino se habían desplazado de madrugada hasta Abelenda, donde tienen sus puestos de trabajo tras conocer la noticia, pero prefirieron guardar silencio, tratando de digerir un desenlace como este.

Hoy, Marcelino tenía revisión en el médico de sus achaques. En la finca, mimada por él y sin atisbo de maleza, pues eran sus ovejas las que se encargaban de mantenerla limpia, como un sistema natural para prevenir incendios, tenía perfectamente cuidados varios ejemplares de castaños, árboles frutales de todo tipo, kiwis.

"Era un vecino más del rural, mayor, pero el campo y estas labores le daban la vida y pese a que tenía alguna dolencia grave, adoraba a sus animales y no se lo pensó para tratar de salvarlos; pudo pasarle a cualquier otro, por eso lo único que pedimos, es que su muerte no sea en vano, que sirva para concienciar de que algo está fallando cuando arde todo de esta manera. Personalmente estamos muy dolidos por esta muerte que ha tenido Marcelino, y nos preguntamos si podría haberse evitado", indica un familiar de la víctima, que no quiere decir su nombre.

Ayer el cuerpo de esta víctima mortal de la oleada de fuegos en Ourense, se encontraba en el Complejo Hospitalario de Ourense para ser sometido a la autopsia. El pueblo vivía consternado una muerte que no conseguían digerir pues todo ocurrió en horas.

El fuego llegó de Melón y alcanzó 10 pueblos de Carballeda. Luis Milia, alcalde, reconoce que los mayores son siempre los más vulnerables en los incendios del rural. La mayor parte de las 500 personas evacuadas eran mayores con problemas de movilidad.

Rescates por las ventanas

Afirma que los equipos de evacuación se encontraron a vecinos mayores huyendo de las llamas por la carretera, "y en algún caso el fuego era tan rápido y avanzaba a tanta velocidad, que los equipos tuvieron que sacar a algunos vecinos mayores por la ventana", indica Luis, Milia.