A la situación ya complicada que vive la provincia de Ourense, castigada por una oleada de incendios sin precedentes en el mes de octubre, se suma ahora una nueva amenaza procedente de Portugal. Un fuego con origen en el país luso entró ayer en el municipio de Muíños y otros dos frentes se encuentran cerca de la frontera, lo que incrementa todavía más el peligro sobre el parque natural Baixa Limia-Serra do Xurés en el que los últimos fuegos de Lobios han arrasado 800 hectáreas de alto valor ecológico.

El fuego que ayer por la tarde cruzó la frontera entró por la Serra do Pisco, parroquia de Requiás, y al caer la noche había afectado a cinco hectáreas de monte en una zona de montaña con matorral y repoblación de pino. Ante esta nueva amenaza, que se suma a más de una docena de fuegos en toda la provincia requiriendo efectivos de extinción, la Xunta decidió reforzar los medios en la frontera con Portugal para evitar que se propaguen los incendios procedentes de ese país. La Consellería de Medio Rural concentró medios humanos y materiales en la zona, intensificando también las labores de prevención con desbroces y cortafuegos para intentar evitar que estos focos afecten al territorio gallego.

El alcalde de Muíños, Plácido Álvarez, se mostró ayer preocupado por la presencia de estos frentes el país luso. Uno de ello penetró ya en el Xurés por la Serra do Pisco y otros "dos o tres", indicó, están actualmente en Pitoes y, "si la dirección del viento no cambia, no tardarán en entrar aquí".

En el fuego que afecta a los montes de Requiás trabajaron ayer dos aviones y dos helicópteros, reforzados con medios terrestres, además de medios de la Unidad Militar de Emergencias, UME, y efectivos desplegados también en el municipio vecino de Lobios "para esquivar posibles fuegos", indican fuentes de la consellería de Medio Rural que coordina el dispositivo de extinción.

Plácido Álvarez se mostró "esperanzado" ante la posibilidad de que los medios, con el apoyo de la UME, logren controlar estos fuegos, que avanzan ayudados por una "ventolera impresionante". Una tarea, por lo tanto, compleja en la que también juega en contra el propio cansancio de los efectivos que llevan casi dos semanas luchando contra el fuego en Ourense. "Muchos alargan la jornada voluntariamente y todo el mundo le pone buena voluntad, pero necesitamos que venga la lluvia porque si no, esto puede ser un desastre", señaló.

La provincia acumula ya 12 días consecutivos con incendios forestales que, en conjunto, superan las 2.000 hectáreas. Los medios trabajaron ayer en 14 fuegos que afectaron a 9 ayuntamientos y suman 1.700 hectáreas. Al cierre de la jornada permanecía activo uno en Osoño, Vilardevós (50 hectáreas), y el de Muíños procedente de Portugal.

Estaban estabilizados los de San Cristovo de Cea, Covas (40); Vilamarín (más de 100); y Vilariño de Conso, Chaguazoso (400) y Sabuguido (30). En situación de controlados se encontraban, según los últimos datos actualizados por la Xunta, los de Paderne de Allariz, Cantoña (20); Vilariño de Conso, Castiñeira (más de 50) y San Cristovo (57); Cualedro, Montes (97); Chandrexa de Queixa, Queixa (más de 50) y Requeixo (33) y los dos focos de Lobios, con 650 y 90 hectáreas, respectivamente.