La oleada de incendios que sacude Ourense no da respiro a los medios de extinción. La humareda provocada por uno de los numerosos fuegos que azotan la provincia obligó ayer a la DGT a activar el nivel amarillo en la A-52 a su paso por Melón, donde las patrullas de Tráfico tuvieron que regular la circulación en un tramo de 800 metros en ambos sentidos debido al intenso humo que invadió la calzada, a la que también se acercaron peligrosamente las llamas.

El calor, la prolongada sequía y la ausencia de precipitaciones no ayudan. En la jornada de ayer, al margen de los fuegos que no alcanzan las 20 hectáreas quemadas y que no llegan a figurar en los partes que emite diariamente la Xunta sobre la situación de los incendios, había ocho incidencias abiertas en la provincia de Ourense.

Los ocho focos suman 1.121 hectáreas quemadas en Lobios, Vilariño de Conso, Chandrexa de Queixa, Vilar de Barrio y O Carballiño. La zona más castigada es el parque natural Baixa Limia-Serra do Xurés, donde el fuego lleva ya once días instalado y ha devorado 791 hectáreas de alto valor ecológico. Al cierre de la edición, dos de los tres focos que se ceban con la parroquia de Río Caldo estaban controlados con 650 y 51 hectáreas quemadas, y un tercero que afecta a 90 hectáreas se mantenía activo, pero con una "evolución favorable", según Medio Rural.

Además, la alarma saltó en el pueblo de Ludeiros, Lobios, donde ardió parcialmente un galpón. La alcaldesa explicó que el fuego prendió "por unha faísca" que procedente del incendio de Río Caldo, pero que no llegó a afectar al resto de viviendas.

La elevada actividad incendiaria ha llevado a la Xunta a abrir una investigación "exhaustiva" dirigida a conocer las causas de esta "desmesurada actividad delictiva incendiaria, localizar a sus responsables y ponerlos a disposición de la justicia". Así lo avanzó ayer la Consellería de Medio Rural, que desveló que sólo en los primeros 12 días de octubre se registraron en Galicia un total de 235 fuegos, de los que más de la mitad, concretamente 123, se localizan en la provincia de Ourense. Esta cifra duplica la registrada en el mismo período de 2016 y supera ampliamente el promedio de los últimos cinco años en estas fechas, que se sitúa en los 91,2 fuegos en Galicia. Además, la Xunta destaca que la mayoría de estos focos se registran en horas nocturnas, cuando los medios aéreos no pueden operar, y en zonas de difícil acceso, que también dificultan el trabajo del dispositivo en tierra.

A pesar de las detenciones de presuntos incendiarios realizadas en las últimas horas, señala la Xunta en relación a lo dos detenidos en Lobios, uno de ellos un brigadista que ha ingresado en prisión, la actividad sigue siendo elevada, centrada además en espacios de Red Natura "y en su mayor parte de monte raso", lo que está suponiendo un grave daño para la riqueza forestal de Galicia, apunta Medio Rural.

Además de los tres focos de Río Caldo, a última hora de la jornada de ayer permanecían activos dos incendios en Vilariño de Conso, uno de ellos en Chaguazoso que había quemado ya una superficie de 150 hectáreas, y otro en Fitoiro, que superaba las 20 hectáreas.

Asimismo, estaba estabilizado otro Foco en Chandrexa de Queixa, en la parroquia de Queixa, que afecta a 50 hectáreas. Otro frente en Vilar de Barrio, lugar de Rebordechau, ha calcinado 80 hectáreas y estaba controlado. A última hora quedó extinguido un incendio en Lobás, O Carballiño, en el que ardieron 29,7 hectáreas.