De la cabeza del arquitecto Juan Seara Oro salió en 2013 la idea para la rehabilitación de "A Casa da Viña", situada en el concello de Allariz. El proyecto no se ejecutaría hasta el año 2016 y fue uno de los primeros que llevaron a cabo. Sin embargo, este "Gran de Area de Aportación á Arquitectura" ya es el segundo premio que logran gracias a él. "La verdad es que estamos contentísimos y todavía aterrizando y asimilando la noticia porque hace apenas unas horas que lo hemos sabido", aseguraba Juan Seara ayer por la tarde.

El proyecto de "A Casa da Viña" es, según su creador, "una propuesta muy radical, pero siempre en el buen sentido". Así, el diseño de Juan Seara partió de un edificio empleado originalmente para usos agrícolas: "Nunca fue una casa, allí se guardaba el ganado, servía de bodega y también se guardaban herramientas". Y acabó convirtiéndose en un estudio de arquitectura y despacho adaptado a todas las necesidades propias del siglo XXI.

"Se trataba de ser muy respetuoso con lo preexistente, con aquello de lo que partíamos", explica el arquitecto sobre este edificio centenario de su propiedad. Un origen que tenía ya "un gran valor arquitectónico", detalla. "El paso siguiente fue, sin forzar el espacio, adaptarlo a la actualidad", una fórmula que se ha traducido en grandes espacios con mucha luz y aire para este edificio en el que también trabajan otros profesionales en una suerte de "despacho colaborativo", apunta.

Volver a encalar

En el ejercicio de equilibrismo entre modernidad y tradición que Juan Seara ejecuta en sus diseños, quiso recuperar para el proyecto una técnica que cayó en desuso en los años 90. "Hemos encalado las paredes, tal y como se hacía tradicionalmente, hasta que empezó a ponerse de moda dejar la piedra vista", comentaba

En el dossier sobre el proyecto, Juan Seara asegura que uno de los primeros recuerdos que tiene de cuando era niño está relacionado con esta casa. De ahí su conexión emocional con este edificio que inevitablemente influyó a la hora de encargarse de su rehabilitación: "Nos acercamos mucho a la 'no intervención', consiguiendo modificar su funcionamiento interno con el menor número de gestos posible", resumió.