Doce voluntarios de la Asociación Ecoloxista Adega, llegados de Ourense, Vigo, Lugo o Santiago, recogieron ayer del río Limia, a su paso por la aldea de Ponte Liñares, en el concello de Rairiz de Veiga, 319 kilos de una planta foránea de jardín, la ludwigia grandiflora.

"Son trabajos de eliminación de esta especie exótica invasora que se emplea en jardín y que ha ido transfiriéndose al río", explicaba Ramsés Pérez, el coordinador de programas y proyectos de educación ambiental de esta ONG. Unos trabajos que se realizaron este sábado por tercer año consecutivo y en los que han podido comprobar que la presencia de esta especie parece haberse reducido.

Su tarea se centró en delimitar una zona, esta vez, la última parte del río en la que se localizaron estos ejemplares e ir, cauce arriba, puliendo un tramo de dos kilómetros de longitud. "Se trata de una actividad de voluntariado ambiental para que la gente que se involucra aprenda y colabore, pero no es un programa de eliminación sistemática", aclaraba Ramsés Pérez.

Una obligación que le compete a la Xunta de Galicia y a la Confederación Hidrográfica. "Son estos organismos los que deben proceder a esta tarea de manera más profesional, y hemos sabido que planean ponerse a ello la semana que viene", comentaban desde Adega.

La docena de ecologistas se dividió en dos grupos. Algunos trabajaron dentro del agua y otros desde la orilla, para detectar las plantas con mayor facilidad. Cada vez que se encontraban con un caso, debían comprobar con un GPS su localización y tomar nota de sus medidas y peso.

Unos datos que archivan para compararlos con los de los años anteriores. "También es importante anotar si la planta estaba aún enraizada o ya era flotante", detallaba Ramsés Pérez, siendo la segunda opción la mejor para el ecosistema. Así, una vez recogida o arrancada la ludwigia grandiflora, los voluntarios la almacenaron en sacos, un total de 22, con pesos comprendidos entre los 6 y los 22 kilos. Una vez cerradas, el servicio de Patrimonio Natural las recogerá mañana.