Un tráiler de 18 metros bloqueó durante más de 15 horas la entrada al pueblo de Pentes, en A Gudiña. El conductor llegó hasta allí por confusión e intentó cruzar el núcleo hasta que las calles se estrecharon demasiado y se vio obligado a maniobrar para rectificar. "Hasta que el embrague dijo basta", explica el chófer, José Manuel Barbosa, vecino de la localidad pontevedresa de Mos. El dispositivo se quemó y el camión se quedó atorado en la entrada del pueblo hasta que una grúa de gran tonelaje pudo retirarlo pasadas las cuatro de la tarde.

El vehículo realizaba un transporte con 20 toneladas de pescado congelado (pota) desde Vigo a Valencia. A la una de la madrugada, y debido al cierre de un tramo de la autovía A-52 por las obras de rehabilitación del firme entre los puntos kilométricos 132 y 125, sentido Madrid, el conductor tomó la salida de Erosa. El desvío provisional debería llevarle por la N-525 hasta A Gudiña, donde nuevamente se incorporaría a la autovía, no obstante, por lo que él califica de "mala señalización", en el ramal tomó la vía de la derecha que le llevó directamente al pequeño pueblo de Pente.

El conductor asegura que "no había nada indicado" por lo que siguió en la misma dirección que la furgoneta que llevaba delante. "No estaba muy seguro y como no había ninguna señalización seguí detrás". Al llegar a Pente, la furgoneta "entró por un lado y salió por el otro", pero el tráiler se quedó atorado en la entrada.

La Guardia Civil de Tráfico del destacamento de Verín, se personó en el lugar del suceso y constató que, aunque la entrada del pueblo estaba obstruida, existían otras pistas por las que los vecinos y demás servicios de ventas y suministros podían entrar y salir del núcleo de población.

Fue necesaria una grúa de gran tonelaje para mover el vehículo, que llegó al lugar pasadas las dos y media de la tarde. En menos de dos horas fueron retirados el remolque y la cabeza tractora, liberando la entrada al pueblo. El pescado congelado no sufrió ningún daño ya que el sistema de refrigeración siguió funcionando.

El chófer explicó que no fue el único que llegó perdido a Pentes durante la noche. Antes que él otros dos vehículos pesados llegaron hasta la localidad pero pudieron salir marcha atrás.

El no tuvo esa suerte porque se averió el embrague. Hasta las tres de la madrugada intentó resolver la situación pero, al ser inviable, optó por dormir en la cabina. "Pero a las seis y media tenía tres coches detrás pitando que también se habían perdido; más de 20 turismos dieron la vuelta hasta que alguien, no sé quien, puso una indicación en el desvío", relata el conductor.

En más de 20 años de experiencia, es la primera vez que este camionero de Mos se queda atrapado más de 15 horas en un pueblo. Tuvo suerte porque los vecinos, asegura, "fueron encantadores". A las 9.00 horas le llevaron café con galletas y le acompañaron en todo momento. A media tarde pudo, por fin, continuar con la ruta.