El dueño de varias parcelas en Faramontaos de Pereda, San Cristovo de Cea, que utilizó durante al menos cinco años estas fincas para gestionar un depósito y desguace sin autorización medioambiental ha sido condenado a seis meses de prisión y multa de 2.100 euros por un delito contra el medio ambiente por depósito de residuos. Llegó a almacenar 53 vehículos sin descontaminar, con motores, líquidos y otros residuos peligrosos almacenados encima del terreno y sin impermeabilizar provocando, según defendió la Fiscalía, "una grave afección al medio ambiente".

El acusado, de 53 años, admitió ayer que utilizó las fincas para depósito de vehículos incumpliendo la normativa que regula las actividades que pueden contaminar el suelo, y esto se traduce en una sentencia de conformidad que evita la celebración del juicio y rebaja la pena de un año y medio de prisión que incialmente pedía el Ministerio Fiscal a seis meses. El acusado queda también inhabilitado durante un año para realizar cualquier trabajo relacionado con la gestión y almacenamiento de residuos.

Al menos desde 2011 y hasta el 6 de octubre de 2016, el acusado, que se dedicaba a comprar vehículos para después desguazarlos, utilizó cuatro terrenos de su propiedad para el "depósito indiscriminado e incontrolado" de los mismos, actividad potencialmente contaminante, y "sin amparo de ninguna autorización medioambiental". Señala la Fiscalía que el imputado sabía que contravenía la normativa aplicable y, de hecho, recoge el escrito de acusación que el hombre fue sancionado en diversas ocasiones por la Guardia Civil del puesto de Cea y que también le fue incoado un expediente sancionador por parte de la Xunta de Galicia, "sin haber desistido" de la actividad.

Los vehículos estaban repartidos en cuatro terrenos diferentes. En uno de ellos, situado a cien metros de la población, tenía depositados siete, cinco de ellos sin descontaminar. En otra finca con dos inmuebles tenía doce y en otro terreno ubicado "en el medio del pueblo" tenía otros 30. Anexo a este, almacenaba otros cuatro.

La ausencia de medidas de protección medioambiental generó el depósito de residuos peligrosos, como aceites, baterías, líquidos de frenos, refrigeración y anticongelantes, carburantes, gases del sistema del aire acondicionado, filtros de aceite, combustibles usados, metales pesados, componentes con mercurio y zapatas de amianto.

Posibles daños a seres vivos

Todo ello, señala la acusación pública, "ha provocado una grave afección al medio ambiente" debido al riesgo de contaminación tanto del suelo por sustancias nocivas, de difícil reparación, como del aire por los gases tóxicos y de las plantas y animales en el entorno y en un área más amplia debido a la presencia de agua en las inmediaciones. En el caso de materializarse este riesgo por vertidos o emisiones accidentales, señala la acusación, "los daños a los seres vivos serán grandes (carcinogénesis, disfunciones, malformaciones, muerte, etc...)".