David Araújo (Vigo, 1978) cambió los campos de fútbol españoles por el continente asiático, donde trabajó para la Embajada en Filipinas, desde 2007 a 2011, y en el Consulado de Pekín después. Jugador de las categorías inferiores del Celta, el Barça y la Selección, militó en varios clubes de Segunda División hasta su retirada en el Alondras.

Precisamente, en uno de sus artículos para Jot Down relataba los años en La Masía y sus charlas con Maruja La Gallega, una prostituta de Cangas que conoció mientras aguardaba su turno ante la cabina telefónica para llamar a casa.

"Cuando eres joven tienes muchos pájaros en la cabeza. El mundo del fútbol es muy absorbente. Te sientes el centro del mundo y no piensas en otra cosa. Pero cuando llegas a una edad, empiezas a saber lo que te gusta y dispones de tu tiempo. Yo leo más ahora. Pero en los viajes en autobús para ir a los partidos también se hablaba de libros", asegura.

Araújo expresa su preferencia por la literatura hispanoamericana, García Márquez y Borges, y por los autores españoles de finales del siglo XIX y principios del XX. "Me gusta Clarín y Galdós. Fortunata y Jacinta me parece increíble, de lo mejor que he leído. Y también he disfrutado mucho con Emilia Pardo Bazán", comenta.

Ya ha superado más de una decena de asignaturas de la carrera de Lengua y Literatura españolas y ahora aprovechará la excedencia para dedicarse con más énfasis a sus estudios. Pero sin descuidar los buenos días tuiteros, algo que ni siquiera ha hecho durante estas vacaciones en Galicia.