El 12 de agosto, un día antes del robo con un estilete a un religioso de los Franciscanos -el autor fue encarcelado este lunes- , un sacerdote de Ourense era víctima de un atraco a manos de otro ladrón. El párroco de la Asunción, Jorge Estévez, de 64 años, sufrió los modos violentos e inusuales de un atracador que buscaba efectivo. "Lo pasé mal, tuve que ir al médico y me quedé con mal cuerpo. Está claro que hay que tomar medidas de seguridad y tener cuidado porque no todo el mundo tiene buenas intenciones", expresaba ayer. Presuntamente, Flavio M. A., portugués de 31 años, mordió en la mano al cura durante un forcejeo. Antes de marcharse con unos 100 euros en efectivo y el teléfono móvil, quiso asegurarse de que el religioso no pudiera avisar de inmediato a la Policía: mordisqueó el cable del teléfono fijo para cortar la señal.

El presunto autor fue detenido el miércoles por los investigadores de la UDEV de la comisaría y ayer pasó a disposición del juez de guardia. Después de que se acogiera a su derecho a no declarar, el magistrado Leonardo Álvarez lo dejó en libertad provisional, sin acordar medidas cautelares. No tendrá que acatar una orden de alejamiento ni tampoco personarse en el juzgado los días 1 y 15. Continúa investigado por un presunto delito de robo con violencia o intimidación, y deberá comparecer en el tribunal si es requerido.

La fiscal de guardia, Elena Fernández, había solicitado el ingreso en prisión preventiva. El sospechoso suma 16 detenciones a sus 31 años. En julio ya fue arrestado por robar en otro templo, el de la Milagrosa, e investigado policialmente por un hecho similar, anterior, en la Asunción. El juez dictó ayer su puesta en libertad provisional basándose en que tiene domicilio conocido, por lo que descarta riesgo de fuga, y en que no aprecia peligro de reiteración delictiva porque a pesar de su historial policial y de que cuenta con antecedentes penales en vigor, los relacionados con delitos contra el patrimonio ya encausados no son recientes.

El sospechoso tiene problemas de adicción a las drogas, según la comisaría. "No sé si estaba con el mono, pero al final se puso muy violento, me agredió y me amenazó", recuerda el párroco. Delinquió con el rostro descubierto, a las 18.30 horas de la tarde. Iba con otra persona a la que el cura sí conocía, pero que no intervino en los hechos.

Jorge Estévez estaba en el despacho de la casa parroquial, antes de abrir la iglesia para un entierro. Sonó el timbre de la puerta y era un varón pidiendo dinero. El párroco intentó cerrar la puerta pero el individuo lo impidió con su pie. El cura pretendía dialogar, pero el delincuente se volvió agresivo, agarrando una cartera que el religioso llevaba en la mano. Hubo un forcejeo, momento en que el presunto atracador mordió al cura en la mano y lo arañó. El portugués amenazó con sacar una navaja, no llegó a hacerlo pero sí cogió unas tijeras de un bote, intimidando a la víctima, que accedió a entregarle el dinero tras pedirle que dejara la cartera. "Vi la cosa fea", relataba ayer Jorge Estévez, que sufrió su primer cara a cara con un ladrón. Antes de marcharse a la carrera, el individuo seccionó con sus dientes el cable del teléfono fijo. El cura fue al médico y otro religioso lo sustituyó en el funeral. "Volví después y la gente me estaba esperando, me expresaron su preocupación", dice.

Los investigadores de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) se hicieron cargo de la investigación. Tras recabar la información suficiente y después del análisis de los datos característicos aportados por el testigo, se identificó al presunto autor, procediendo a su detención el miércoles 30 de agosto. No pudo ser capturado antes porque no estaba en la ciudad.