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Ourense vive el agosto con más lluvia de los últimos 13 años: 42 l/m² en tres días

El pasado domingo fue la tercera mayor jornada de precipitaciones en 2017, solo por detrás del 3 y 4 de febrero -Estos chaparrones puntuales no son suficientes para paliar la situación de sequía

Uno de los días de lluvia de agosto, en la Plaza Mayor de Ourense. // Iñaki Osorio

El presente agosto que hoy termina se cuela ya en la historia como el más lluvioso de los últimos 13 años, desde que se tienen datos desagregados para la ciudad de Ourense, año 2005, Meteogalicia. Cayeron 42,6 litros por metro cuadrado en los tres días que llovió: 27, 28 y 29, que son los últimos registros. El más abultado, el pasado domingo 27, con 28,4 l/m², lo que lo sitúa como la tercera jornada con más agua del año. Por lo que respecta al 28 y 29 de este mes, se saldaron con 10 y 4,2 l/m² respectivamente.

Como consecuencia, según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), la lluvia acumulada desde junio fue de 79,2 l/m² y superó con creces en el presente mes de agosto la mediana histórica, por encima de 62,5 l/m², o lo que es lo mismo, el valor situado en el centro de una escala de menor a mayor cantidad de precipitaciones a lo largo de todos los verano, desde 1980.

"En Galicia, tenemos dos tipos de lluvia: las frontales, que suelen darse en otoño, invierno o principios de la primavera; y las convectivas, que son las que tuvimos estos días, y se forman cuando hay aire cálido en la superficie y este pesa menos que el aire frío, entonces, el de la base tiende a subir y, al chocar con la masa de aire de menos temperatura que está en las capas medias y altas de la atmósfera, se condensa la humedad, se forman las nubes de tormenta y estas terminan descargando", explica el físico y meteorólogo Juan Taboada, coordinador de predicción operativa de Meteogalicia.

Precipitaciones "susceptibles"

Aunque no a tal escala, "estos chubascos son relativamente susceptibles a finales de agosto o comienzos de septiembre", justifica el representante de Meteogalicia, quien incluye en su aclaración un refrán para el caso: "Por San Bartolomé -24 de agosto-, tormentas ha de haber". El dicho trasluce que, "a finales de este mes, es probable que se puedan dar estos chaparrones porque el ambiente frío que queda más confinado en las zonas polares durante el verano, ahora a medida que llega el otoño, se va moviendo un poco más para el sur, y de vez en cuando alguna bolsa de aire gélido puede ir bajando hacia latitudes medias como la de aquí, se encuentra rodeado de aire más cálido y provoca este tipo de situaciones", continúa el físico. Este hecho también ocurre en la primavera, y, sobre todo, llegando a los últimos compases de mayo, "un mes bastante tempestivo porque el aire frígido empieza a retirarse, pero de vez en cuando se desprende una bolsa".

"Estas trombas pueden ser de muy fuerte intensidad, como pasó estos días en Ourense, y acumular en una sola jornada cantidades superiores a las que puede haber en una fecha normal de invierno", añade, como fue el caso del susodicho domingo 27, que registró la tercera mayor cifra de precipitaciones en un solo día desde enero: 28,4 litros por metro cuadrado, solo superada por los 39 y 32,6 l/m² del 3 y 4 de febrero respectivamente.

Con todo, estos números aún distan de la máxima histórica en agosto: los 78 litros por metro cuadrado del 1960 -valores extremos de Aemet sin desglosar-, siendo durante la data del 16 de ese mes cuando se vivió el tope de lluvias diario desde 1920: 37 l/m².

Sucesión menos clara de estaciones

Se suele oír por la calle que los meses se están desplazando, pero lo cierto es que "durante los últimos años, los veranos tienden a ser cada vez más largos, con la excepción de esta ruptura por las lluvias, pero las anualidades anteriores, hasta septiembre o incluso octubre, todavía veíamos situaciones bastante de verano", sigue Juan Taboada. Lo que sí se percibe es que "las situaciones meteorológicas están como un poco desordenadas debido al cambio climático o a un aumento de la variabilidad, pero lo que está claro es que no hay una sucesión de las estaciones tan clara como había antes, parece que todo se está complicando más".

Sequía

Lo cierto es que estos aguaceros puntuales no son suficientes para paliar la situación de sequía que se vive en Ourense, pues, según los últimos datos de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil -del martes 29-, la precipitación acumulada media en la provincia en el presente año hidrológico -comenzado el 1 de octubre del 2016- se sitúa un 37% por debajo de la media histórica. "Los chubascos tormentosos muy fuertes y que caen en poca duración no son lo mejor para paliar la seca, lo que necesitamos es que llueva de manera más o menos constante durante días o semanas", sentencia Taboada.

Para el día de hoy, se esperan grandes claros, especialmente por la tarde; y a partir del domingo se prevé un aumento de las temperaturas, que podrían llegar a los 30 grados.

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