Esta semana la provincia de Ourense volvió a vivir "los peores días del año en materia de incendios, como reconoció la propia conselleira de Medio Rural. El cambio climático y el abandono del rural son factores coadyuvantes del desastre. Pero los expertos en la materia, aquellos que cada día en jornadas de hasta 14 horas o más están a pie de fuego a golpe de manguera y "batelume", uniendo técnica y valor para tratar de frenar el desastre, como Eduardo González Bombero Forestal de la Xunta, desde hace 25 años y delegado sindical del sector de CIG, afirman que el fuego "también beneficia a muchos, a los que plantan alguien les paga, no son solo cuatro pirómanos locos". Detectan muchas y graves lagunas y creen que hablarlo en alto puede más que ser una crítica, ayudar a frenar entre todos, aquellas que luchan contra el fuego desde el monte o desde los despachos, la paulatina desaparición del patrimonio natural gallego.

-¿Por qué arde el monte?

- Hay muchas causas pero arde porque hay mucha gente a la que le beneficia. Hay negligencias sí, pero no hay tantos locos pirómanos. Cuando alguien se arriesga a provocar incendios intencionado con varios focos, bien ubicados no se la juega a cambio de nada. Alguien le da algo. Luego están otras razones como la disgregación de medios no coordinados entre sí para apagar el fuego, material obsoleto y la propia Xunta que no cumple su Plan Pladiga de lucha contra incendios

- ¿A qué se refiere con que la Xunta incumple su propio plan Pladiga contra incendios?

- En muchos aspectos, por ejemplo la vigilancia de los incendios. Hay 119 torres o puntos de vigilancia, de los cuales 86 están inoperativos, y los 33 que funcionan no tienen personal de forma continua. Otro aspecto, y hay muchos más, son los desbroces. Conceden los fondos a mancomunidades y los realizan en verano y los desbroces son ahora un posible factor de incendio.

--La Xunta asegura que hay 7.000 personas trabajando contra el fuego

-¿Dónde y cómo? No se cubren las plazas vacantes pero además hay una total disgregación de servicios contra incendios. Por un lado están los que dependemos de la Xunta; las brigadas de concellos y mancomunidades contratadas con ayuda de la UE y que acaba luego gestionando Tragsa; los trabajadores de la firma Seaga, los que dependen de Natuctenia que contrata a su vez el personal de medios de extinción aerotransportados. Hay realidades laborales distintas, y salarios muy diversos. Si a eso le añadimos cuando el apoyo de la UME (la Unidad de Emergencia del Ejército) a la que también hay que pagarle, y que solo atiende órdenes si antes se la dio su sargento. ¿Cómo se coordina eso cuando hay un incendio que avanza?

-La sensación es que se movilizan con rapidez decenas de medios terrestres y aéreos cuando hay un incendio ¿Al menos la dotación material es buena?

-Hemos enviado escritos de denuncia en este sentido. Ahí también hay medios propios y varias empresas que gestionan. Ya informamos de que la adjudicación que se realizó en 2017 a una empresa que dotó 3 helicópteros modelo AS-350 B3 fue acertada, pues son los que más se ajustan al contrato y ese modelo ya está operando con un total de 6 aparatos en servicios. Pero como alguna firma no pudo cumplir con el número de aparatos que había comprometido con la Xunta de ese modelo, le propuso sustituirlos por el modelo helicóptero Bell 212 , algo que aceptó y este es de inferiores prestaciones, no cumple el tiempo mínimo de autonomía en vuelo sin repostar por los que no puede estar las 2 horas seguidas que le obliga el contrato y debe parar cada hora y 45 minutos ni llevar la carga de agua que se le exige, y tienen más de 45 años de antigüedad. Los desecharon en otras comunidades como Cataluña porque un helicóptero no debía sobrepasar los 20 años de vida.

-¿Suponen riesgo para el personal?

-No es solo eso. Se están gastando en algunos contratos más de lo que costaría comprar las aeronaves a la Xunta Además hay firmas que cobran un cupo mínimo por 150 horas de vuelo por ejemplo y lo perciben aunque no hayan salido las aeronaves, pero si las superas, se le duplica el precio. Luego Puma de la base de Toén tiene más de 40 años está contratado para llevar 2.500 litros de agua y no es capaz ni de cargar 2.000. Hay decenas de fallo de tipo técnico y muchas motobombas están para el desguace.

-¿El clima no influye también en esta vorágine incendiaria?

-A parte de los desastres que se realizan en contrataciones y coordinación está claro que hay un cambio climático que hace que aparezcan incendios entre viviendas, algo que complica muchísimo la labor y nos obliga actuar evitando incluso las medidas de precaución, y con fuegos que alcanzan por esa sequedad, velocidades superiores en línea recta, a los que alcanzaría un corredor profesional de cien metros lisos en ese tiempo. Pero hay muchos fallos de material, de coordinación, contrataciones ruinosas que estudiar. Ya hemos pedido dimisiones del directora xeral Fernández Couto. Tal vez la más razonable es la conselleira.