Pazos de Arenteiro (Boborás) viaja en el tiempo este fin de semana. Los que allí se acerquen retrocederán hasta el año 1809 y se encontrarán con una rebelión de los españoles del lugar contra los franceses invasores que anhelan el vino de O Ribeiro. Se trata de uno de los conatos vividos en la Guerra de la Independencia (1808-1814), la también llamada "La francesada", en la que el monarca galo José Bonaparte -a instancias de su hermano Napoleón-, quiso hacerse con el trono hispano. Los anfitriones no cedieron, y Fernando VII acabaría imponiendo su orden, liberando a España de las fuerzas extranjeras.

Para teatralizar este capítulo de nuestra historia, cerca de 100 voluntarios -tanto del mismo pueblo como de Ourense, Lalín, Leiro o Maside, entre otros lugares- se visten de combatientes de los dos bandos durante estos dos días. Protagonizan diferentes escenas, siendo hoy el día grande con la representación del enfrentamiento final. Para que todo salga perfecto, estos actores principiantes -pues ninguno de ellos tenía una formación previa- se llevan preparando desde mayo: "Estuvimos organizando clases de expresión corporal, una o dos a la semana, hasta junio, y desde ese mes, continuamos con la representación teatral", cuenta Rebeca Carreiro, de Sustinea, la empresa que gestiona esta parte del evento. "La gente de Boborás tenía mucho carácter y personalidad", admite Carreiro, quien, para ajustar la ficción a la realidad, tuvo que indagar sobre los comportamiento y las actitudes de los habitantes de antaño.

Primera celebración

Es la primera vez que se celebra esta fiesta, bautizada como "1809 A Batalla", y que atrae al municipio ourensano -en el que hay 122 personas censadas- a cientos de curiosos tanto del lugar como de otros puntos nacionales e internacionales -Inglaterra, Alemania, República Checa, Holanda o Italia-. Esto permite revitalizar el área como nunca antes. "Estamos muy ilusionados todos, no solo la gente de Pazos, sino también aquella que viene de los alrededores y de otros muchos lugares", afirma Patricia Torres, concelleira de Cultura de Boborás.

El origen

"Es algo que siempre pensamos, pero las circunstancias económicas no nos lo permitían; ahora, esta '1809 A Batalla' es una realidad, cumplimos un sueño", en parte, a raíz de la financiación íntegra de la Diputación de Ourense, aclara Torres. El presupuesto para su puesta en marcha se eleva a los 15.000 euros, una cantidad que se rentabiliza en una buena parte, pues "los restaurantes de la zona ya tienen muchas reservas, incluso hay algunos llenos para todo el fin de semana; y el hospedaje rural, igual".

Ya desde el mediodía de ayer, la gente del lugar disfrutó, para empezar, del pregón francés, donde los invasores predicaron sus normas por todo lo alto. Después, se pasó a las escaramuzas y a las demás representaciones bélicas. Al llegar la tarde, fue el turno del fusilamiento de Don Xosé, el cura del pueblo, en un ambiente de pólvora que trasladó a los allí presentes al mismísimo siglo XIX. Al caer la noche, los insurgentes alzaron la voz en Cachamuíña do Monte para conseguir juntar hoy a los españoles de Pazos de Arenteiro con el objetivo de sacar a las tropas francesas del pueblo. Además, los asistentes también se divirtieron con diferentes juegos populares, talleres, un mercado de productos artesanales y campestres y variopintos espectáculos musicales y de danza, algo que se prolongará a la jornada dominical.

Multitud de actividades hoy

La sesión de hoy se encetará a las 11.00 h con una ruta cultural guiada por el concello. Una hora más tarde, se podrá ver una demostración de esgrima antigua. En los primeras bostezos vespertinos, previa degustación de la gastronomía autóctona -vinos ecológicos de O Ribeiro, cerveza casera y diferentes alimentos- se teatralizará la historia de Doña Hipólita "la manca", una hidalga de quien los extranjeros quisieron abusar y que acabarían por cortarle un brazo, un hecho real ante el que la mujer se sublevó. Y, para despedir por todo lo grande esta muestra etnográfica inaugural, se efectuará el susodicho gran enfrentamiento que libraron el ejército "gabacho" -tildado así por sus enemigos- y el español, del que este último saldría airoso, consiguiendo, así, expulsar a José Bonaparte y a los suyos de la localidad carballinesa.