Artistas de Kenia, Chile, México, Rusia y Perú, repartidos en 6 grupos, pasearon ayer sus vestimentas tradicionales desde el parque de San Lázaro hasta la plaza Mayor de Ourense, donde más de un millar de personas disfrutaron de sus bailes hasta bien entrada la noche. Fue la penúltima escala de las trigésimocuartas Xornadas de Folclore, que llenaron de cultura internacional un total de 15 municipios de la provincia desde el pasado lunes 7 de agosto. Despiden este espectáculo etnográfico hoy a las 23.00 horas en el auditorio del castillo de Ribadavia.

Los protagonistas

Los integrantes rusos del Folk Dance Ensemble Katalyk -procedentes de Sajá-Yakutia (Siberia), la república rusa más fría del mundo- fueron los encargados de abrir el apetito de los miles de espectadores que acudieron a la plaza grande de Ourense a partir de las 23.00 h. Con sus habituales vestidos largos y sus saltos deleitaron a los allí presentes en dos actuaciones en diferentes tiempos.

El siguiente grupo en aparecer en el escenario fue el de Perú. La Asociación Cultural Qhaswa -palabra quechua que significa "Fiesta y Danza"- desplegó su arsenal de coloridos sombreros de plumas, túnicas y demás vestimentas populares de su tierra, cada cual más vibrante y geométrica, para continuar con la fiesta. También dividieron su escenificación en dos tandas.

Más tarde fue el turno de los bailarines del Folk Dance Ensemble Stanitsa, con sede en Krasnodar, una ciudad al sur de Rusia. Impresionaron a los ourensanos con unas enérgicas danzas acompasadas de forma milimétrica al son de la melodía rusa. Todo bajo sus anchas sayas y sus "ushankas" tradicionales -gorros con orejeras- que, aunque no tan vistosas, sí fueron perfectas a la hora de decorar sus imparables movimientos durante sus dos participaciones.

México volvió a traer el rojo, el verde, el azul o el amarillo al escenario de la plaza Mayor con la Compañía Mexicana de Danza Folclórica. En una sola actuación de 12 minutos, pausaron la cita para instalar en el lugar bailes llenos de sentimiento y una pizca de amor. Todo con la música de fondo que cualquiera se podría imaginar a los mandos del característico guitarrón y ataviados con sus míticas prendas.

También en un solo acto hizo su aparición el conjunto keniata del African Tumbas, una oda a la cultura africana reflejada en sus tintadas telas corporales y en sus elevados turbantes. Cambiaron por completo el registro de la jornada, proporcionando a la noche ourensana un toque en ocasiones espiritual, pero siempre sobrado de un ritmo incontrolable.

Previo segundo paso de los oriundos de Yakutia, el Ballet Folclórico Municipal de Rancagua (Chile) dejó boquiabiertos a muchos de los ciudadanos con su repertorio de bailes originales. Sus zapatos de huaso -de cuero o cabritilla, terminados en punta y con correas y hebilla-, sus mantas y sus fajas convirtieron el espacio en una prolongación de un pueblo chileno. Cerraron la fiesta los peruanos y los rusos de Krasnodar con sus últimos pases.

Todos los artistas despedirán estas XXXIV Xornadas de Folclore con una réplica de lo vivido ayer en Ourense, pero en el auditorio del castillo de Ribadavia. Completarán, así, una vuelta entera de algo más de una semana por 16 concellos de la provincia. El año que viene, más.

Próxima edición

"Ya tenemos todo preparado para la nueva edición", aseguró a FARO Xulio Senra, el director y decano de las Xornadas -participó en sus 34 celebraciones-, que contarán en el 2018 con el mismo presupuesto ajustado de los últimos seis años: 140.000 euros. Habrá, así mismo, un total de 6 grupos que se escogerán entre 10 que ya mostraron sus ganas por visitar Ourense, la capital del folclore durante buena parte del mes de agosto. "Habrá muchas cosas nuevas", sentenció Senra. Atrás quedan aquellas citas que reunían a más de 500 participantes repartidos en 13 grupos de diferentes regiones del planeta.