Pero las consecuencias de las reiteradas apariciones de jabalíes puede llevar a que algunos puedan tener la intención de resolver el problema de forma directa y al margen de la ley. Eso fue lo que aconteció con un vecino del barrio, que candado de ver a los animales merodeando por esos espacios, decidió coger su escopeta de caza reglamentaria para abatir a uno de estos ejemplares, de madrugada.

Llevaba el arma de fuego a la vista, y el aviso de otros vecinos llevó a que a Policía se movilizase y procedía a incautar el arma. El dueño, que contaba con el correspondiente permiso de armas, se enfrenta a una sanción porque exhibir el arma en la calle está prohibido.

Eso lleva consigo al debate sobre la necesidad de batidas, por la que por el momento no es partidario Pérez Jácome, al considerar que se pueden articular otro tipo de medidas para evitar que de forma reiterada lleguen a las zonas urbanas los jabalíes.