La alcaldesa de Vilariño de Conso, Melisa Macía Domínguez, alerta de que rebaños de cabras, ovejas y vacas (de producción extensiva) de hasta 300 cabezas se han quedado sin pasto, en las parroquias de Castiñeira y Chaguazoso. El fuego arrasó 119,68 hectáreas de superficie, del Macizo Central ourensano, que cuenta con protección como espacio de la Red Natura.

Melisa Macía contempla este incendio como "una catástrofe, tanto económica como natural", por afectar a los prados y montes de la alta montaña, que se encuentran por encima de los mil metros sobre el nivel del mar, donde se concentra la producción de caprino y ovino, el sector más importante del Concello de Vilariño de Conso.

"En toda la zona afectada por el fuego, no se puede pastorear, por lo que los propietarios pueden enfrentarse a duras sanciones, en el caso de que sean sorprendidos por agentes del Seprona", resalta la regidora. Por lo tanto, solo le quedan las opciones de "recibir algún tipo de ayuda, para comprar piensos, forraje y cereales, o deshacerse del ganado".

A pesar de que el incendio todavía no ha sido extinguido, el Concello se dispone a valorar los daños que ha causado. La alcaldesa avanza que pedirá apoyo a la Consellería de Medio Rural "para hacer prevención, con el fin de evitar este tipo de desastres naturales", dentro del espacio de la Red Natura, que tienen además unas consecuencias económicas "dramáticas para la zona".

Melisa Macía insiste en la necesidad de adoptar medidas preventivas, aunque reconoce: "Si hay algún loco por ahí, va arder igual". De todas formas, piensa que se pueden minimizar los efectos de los fuegos, mediante la limpieza del entorno de caminos, barreras naturales y cortafuegos, para que las llamas no avancen y puedan ser combatidas, en caso de incendio.

El incendio de Vilariño de Conso se inició el sábado a las 13,06 horas, encima del núcleo de Castiñeira, y luego evolucionó hasta Chaguazoso. Permanece controlado desde las 18.24 horas de ayer.

Por otra parte, helicópteros de lucha contra el fuego ya han tenido que recurrir a la medida de emergencia de cargar agua clorada en la piscina de A Mezquita cuatro veces en este mes de agosto, para combatir incendios, porque el depósito de Medio Rural pierde agua y está vacío. El alcalde, Rafael Pérez, está que trina, porque tienen que marcharse los usuarios, para que entren los helicópteros y queda "todo sucio" con el remolino que crean alrededor los helicópteros. En este fuego se calcinaron 7 hectáreas.