Benito Bouzada acumula diecisiete años colaborando con la Asociación de Ayuda y Orientación a los Afectados por Accidentes de Tráfico Stop Accidentes de Ourense y veinticuatro como agente de la Dirección General de Tráfico (DGT). Hoy, con el inicio de una nueva operación salida y retorno, el portavoz y colaborador de la oenegé radiografía el panorama vial a nivel nacional y local.

-¿Cuál es el principal problema de la seguridad vial española?

-Desde Stop Accidentes, percibimos la poca concienciación por parte de la sociedad. No podemos pasar página todos los años a las cifras tan frías de las estadísticas. En las carreteras, fallecen cada año más de 1.000 personas. No podemos entender cómo existe una alarma social sobre la violencia de género, muy respetable, y no la haya sobre la violencia vial, que deja miles de fallecidos, heridos y secuelas físicas y psíquicas.

-Aumentar los agentes de tráfico evitaría 600 muertos en carretera, según un estudio. Urge incidir en esta cuestión.

-Desde la asociación, hemos demandado una solución. Todo se debe a la baja tasa de reposición. Es un problema que viene de hace muchos años. Con un parque automovilístico de más de 30 millones de vehículos en nuestro país, resulta escasa la plantilla de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil.

-A ello, se suma otro problema. La Asociación Española de la Carretera avisa de que el estado de las vías nacionales es tan malo como en 1985.

-Hay muy poca inversión económica en investigación, desarrollo e innovación para mejorar la seguridad vial en las carreteras y minimizar los siniestros viales. Hay empresas españolas que se dedican a ello, como una de O Porriño, pero que está trabajando para países extranjeros.

-¿Por qué no se incide en este dato para hacer ver a los conductores que se deben extremar más si cabe las precauciones?

-El mal estado de las carreteras puede causar siniestros viales, pero debemos pensar que el 90% de estos se debe al factor humano.

-Es decepcionante ver cómo los vecinos de las localidades con vías en mal estado ven que tan solo se mejoran cuando está próximo un evento importante, como el fue el caso de La Vuelta a España.

-Es un tema político. Se hace un maquillaje de carreteras a través de estos eventos que tienen tanto prestigio. Nos gustaría que estas inversiones que se hacen para pruebas deportivas abarcaran el resto de las carreteras, ya que es muy necesario.

-Los factores principales de riesgo al volante son la somnolencia y las distracciones. Sin embargo, la DGT centra sus campañas en alcohol, velocidad y drogas.

-Es algo que no defendemos. Desde la asociación, siempre incidimos en que las distracciones y la somnolencia, sobre todo en verano, son las causas principales de los siniestros viales, sin dejar de lado el alcohol o las drogas, claro.

-A pesar de estar demonizado en las campañas, el alcohol al volante sigue estando muy normalizado.

-Defendemos la tolerancia cero. Países cerveceros como República Checa, Rumanía o Hungría no permiten una sola gota de alcohol al volante. No entendemos el poco reproche social que tiene el consumo de alcohol conjugado con conducción.

-Usar el móvil al volante supone la pérdida de 3 puntos. Parece insuficiente teniendo en cuenta que las distracciones son una causa principal de siniestro vial.

-Sí que se necesita aumentar la sanción, ya que es una distracción que va en aumento. La propia Dirección General de Tráfico ha avisado de que hará una revisión del carné por puntos, por lo que puede que muchas infracciones se penalicen con la pérdida de más puntos.

-Después de 13 años reduciéndose el número de muertos en la carretera, 2016 registró un aumento.

-Detrás de las estadísticas, siempre hay personas. La seguridad vial es una labor de toda la sociedad, no podemos responsabilizar solo a la administración. Los ciudadanos debemos estar concienciados al respecto.

-¿Cómo valora la actual política sancionadora?

-Nos gustaría que hubiera más de concienciación y no tanto de sanción. Hay que saber que los siniestros viales son un problema social. Tenemos que empezar a tomar esto más en serio. En este país, se empezó a hablar de seguridad vial gracias a la voz de las asociaciones de víctimas.

-¿Está de acuerdo con que sea impune conducir ebrio o bajo el efecto de las drogas si no hay un siniestro vial con fallecidos de por medio?

-Hay un gran número de reincidentes, sobre todo en alcohol. También hay muchas personas que circulan sin permiso de conducir después de haber sido condenadas. Esto hay que atajarlo. La sensación de impunidad penal en relación a los delitos de tráfico es total. En A Coruña, una persona ha sido siete veces condenada judicialmente por conducir sin carné. En otras provincias, por menos, ingresas en prisión. Esta diferencia de criterio judicial es lo que se debe mejorar.

-Una ley de violencia vial contemplaría esta cuestión.

-Sí. Ayudaría a modificar el código penal. El fiscal jefe de Seguridad Vial, Bartolomé Vargas, reconoce que las víctimas de tráfico están totalmente desprotegidas. La actual tipificación sobre los homicidios imprudentes, artículo 142 del código penal, deja un vacío legal grande: cataloga dos imprudencias, una grave que contempla cárcel y otra menos grave que no, pero en ambas se recoge como consecuencia la muerte de otra persona. Matar en las carreteras de España sale gratis. La condena máxima de cuatro años por causar la muerte de una persona en las vías es ridícula. Exigimos justicia, al igual que las familias de las víctimas.

-¿Qué más consideraría esta ley?

-Siguiendo el modelo de Francia, nos gustaría que contemplase una mayor coordinación entre los diferentes ministerios y existiese una agencia estatal de la seguridad vial donde se integren todas las competencias en relación a la seguridad en las carreteras. Todo ello con un único objetivo: reducir el número de fallecidos en nuestras carreteras.

-El aumento del 16% de jóvenes fallecidos en siniestros viales en 2016 revela, para el fiscal jefe de Seguridad Vial, Bartolomé Vargas, la necesidad de impulsar la educación vial en los colegios. ¿Opina lo mismo?

-Más que una asignatura, defendemos la puesta en marcha de actividades transversales que lleguen hasta la etapa universitaria con el objetivo de visualizar la problemática y potenciar la prevención y la concienciación.

-Desde pequeños, e incluso en los dibujos, se transmite la idea de vehículo igual a velocidad.

-Es un ejemplo de la falta de pedagogía correcta en España. La cultura y la educación vial es mínima con respecto a otros países. Queda mucho por hacer. Este año, hicimos una campaña de concienciación para niños a través de un espectáculo teatral y funcionó genial.

-Hablando de formación, ¿cómo puede ser que se apruebe un examen teórico de conducir habiéndolo preparado tan solo durante una semana?

-Está así la ley, y es algo que se debe cambiar. La legislación incluso permite presentarse al examen de conducir de forma libre, sin pasar por un centro de formación. Todo aquel que quiera conducir debería pasar por una autoescuela. No nos parece correcto que se pueda obtener un permiso de conducir tan rápidamente. Desde Stop Accidentes, nos preocupa más la formación de la gente mayor. La legislación de tráfico cambia continuamente y este colectivo no conoce las nuevas normas. Deberían asistir a cursos de reciclaje aquellos conductores que rebasen los 65 años.

-Actualmente, una prueba psicotécnica basta para renovar el carné de conducir.

-Exigimos mayor rigidez en las pruebas psicotécnicas a personas de estas edades. No existe la divina juventud. Con la edad, se van perdiendo condiciones físicas y psíquicas.