"Ver a un niño relatar en un juicio una agresión sexual, separado por una mínima mampara de su agresor, es observar la mirada del miedo, del pudor, el dolor que viene a los ojos y no se puede controlar" Así explica el presidente de la Audiencia de Ourense Antonio Piña "el impacto que produce en un observador anónimo, como es el juez, quien poco podía hacer para evitarlo esta situación que ahora se acaba de solucionar, afirma mediante una sala específica que en ha entrado en marcha en los juzgados de Ourense, la Sala Gesell, que pretende guardar el anonimato del menor durante las declaraciones.

"La Sala Gesell, que recientemente ha entrado en funcionamiento en los Juzgados de Ourense, presenta un espacio cómodo, próximo al menor, para que este puede ser preguntado por profesionales adecuados (psicólogos y asistentes sociales pertenecientes al Imelga), sin la presencia física del juez, fiscal y partes, quienes observaran por videoconferencia las respuestas del menor y podrán formularle nuevas preguntas a través de estos profesionales" explica Antonio Piña.

"Con ello se pretende que la prueba realizada tenga todas las garantías de validez en su obtención, y al mismo tiempo, disminuir en el menor el impacto que supone acudir a la vía judicial. Plenitud en el ejercicio del derecho de defensa, pero también, adecuada protección de la víctima, quien no tiene que ser más víctima por el mero hecho de ejercitar su derecho". explica el presidente de la Audiencia Provincial de Ourense quien se congratula de que ese menores no tengan que enfrentarse ya "a la dureza de un procedimiento judicial desde la soledad de una silla ante un tribunal".

El Estatuto de Víctima que entró en vigor el año 2015 prevé, por primera vez, un marco de protección a la víctima, comenzando con los menores y personas desvalidas. Permite evitar esa reiteración de declaraciones, al preconstituir la prueba indica Antonio PIña.