Antes de ser bien conocido y reconocido por sus papeles de Paspallás en "Pratos Combinados", Pepe en "Cuéntame" o por su necesario afán de reportero 'follonero' en "Caiga quien caiga", Sergio Pazos ya había hecho levantar cientos de butacas de su colegio Salesianos de Ourense imitando a Raphael con camisa prestada por su abuela y entonando aquello de "Estoy enamorado". A pesar de tener que emigrar a la capital, aquel chaval que le había cogido a sus padres el Seat 127 para escuchar en directo a "Siniestro Total" (haciendo caso al grupo vigués: «Voy quemando aceite en un coche robado. A cincuenta grados arde el radiador »), jamás quiso olvidar la tierra donde es profeta. Con su sonrisa permanente, a poco menos que cincuenta grados, atiende Sergio Pazos a la conversación. Eso sí, en su Auria querida.

-¿Qué es estar enamorado?

-El amor es un motor importantísimo. Estar enamorado es bonito, pero si estás enamorado, estás un poco enfermo (ríe). Estás demasiado hormonado y no eres capaz de ver la realidad como es. Es más importante el amor después de estar enamorado (ríe).

-Para usted, ¿qué sería a día de hoy un siniestro total?

-Que no sepamos aprovechar la sociedad que tenemos, la tecnología que tenemos y que no consigamos tener una sociedad feliz. La gente solo quiere tener una casita, darle una educación a sus niños y poder cambiar de televisor, sofá o coche. Se es feliz con muy poco.

-¿Usted con qué es feliz?

-Con una buena entrevista, un buen café, un buen bocadillo y teniendo salud y trabajo (ríe).

-Actor, guionista, clown, cuentacuentos, presentador, productor, reportero? ¡hasta escritor! ¿Qué es lo que más le llena?

-Siempre digo, un poco en plan broma, que el que más me llena es el que mejor me ha pagado (ríe). La televisión te da popularidad -en cinco minutos en pantalla, te han visto cuatro millones de personas-, el cine te da prestigio -permite que te vean en una gran pantalla- y el teatro es donde te la juegas todos los días -es una reválida que te obliga a estar preparado en cada actuación, es la vida-.

-Después de más de cuarenta años actuando, ¿se sigue poniendo nervioso encima de un escenario?

-Sí, soy de los que se siguen poniendo nerviosos. Creo que es un mecanismo que me obliga a no relajarme. Yo entro con la adrenalina arriba, concentrado. Sigo teniendo esa manía de ponerme en alerta.

-¿Qué es lo peor de la profesión de actor?

-La intranquilidad de la profesión: estamos continuamente en la cuerda floja. Además, viajamos mucho (ríe) y llega un momento en el que, si tienes familia o niños, se hace más complicada la conciliación. El que ha elegido esta profesión ya sabe lo que es. Si podemos estar con 85 o 90 años de pie en unas tablas, vamos a estar deseando no estar jubilados.

-Entonces, ¿cuándo se jubila un actor?

-Una de dos: cuando no te dan trabajo (ríe) o cuando eres muy malo (ríe). Todo el mundo desea seguir haciendo cosas. Mientras nos responda la salud, no nos jubilaremos.

-Trabajaste con directores de la talla de Juanma Bajo Ulloa o Álex de la Iglesia. ¿Qué fue lo que más le sorprendió de ellos?

-Seguimos tratándonos y viéndonos. Es gente que sabe mucho, que siempre te puede enseñar y que tiene mucho carácter, algo que es bueno para poder dirigir una película. La experiencia con ellos ha sido positiva.

-¿Echa de menos el cine?

-Sí. Quizás sea, de las tres patas de la profesión, la que más me apetezca por lo poco que lo hago.

-Las series están comiéndole terreno a las películas.

-Es una línea que ha marcado HBO. Posiblemente sea la solución para que haya más trabajo. La televisión ha conseguido tener una calidad de imagen casi de cine y empieza a tener en cuenta a los guionistas y a los grandes actores. Bienvenidas sean las series.

-En la serie "Cuéntame", volvió a su infancia.

-El personaje de Carlitos es de la generación del 60, por lo que nos vemos muy reflejados ahí. Todos hemos tenido la loza, el bote de Cola Cao que sale en la cocina, la abuela que se hace la mala para que los nietos hagan lo que tienen que hacer? Lo más bonito que tiene "Cuéntame" es que llevan tanto tiempo que son una familia. El ambiente de trabajo es muy agradable, se sigue trabajando como antes: sin prisas, se repiten planos y escenas si falla algo, se mejoran si se puede...

-¿Se vivía mejor antes?

-No. Ahora, tenemos tecnología, y eso es una maravilla. Eso sí, deberíamos utilizarlas para mejorar nuestra calidad de vida, no para que nos esclavicen ellas a nosotros. Un ejemplo claro son los móviles y la excesiva dependencia de ellos. Los avances tecnológicos vienen tan rápido que a la sociedad le cuesta entender para qué sirven y se deja arrastrar por ellos.

-¿Cómo se vive en Ourense para que siempre le traiga de vuelta?

-Vivir en una gran ciudad como Madrid, aparte de que te da muchas cosas y tiene una oferta cultural y de trabajo mayores, es estresante y agobiante. Los orígenes tiran: aquí, tengo a mi familia, a mis padres, a mis hermanos, a mis amigos? y la calidad de vida es maravillosa. Cojo la bicicleta y en dos minutos estoy en el río, me tumbo en las termas y ya no tengo que estirar; luego, voy a los "vinos" y voy pateando a todos los lados. Además, trabajar en Galicia con mis espectáculos me ayuda a quedarme siempre algo más.

-¿Con qué palabra define Sergio Pazos Ourense?

-Aprovechando que estoy con el espectáculo "Afiando con humor" sobre la figura del afilador, podría ser eso, "chispa": alegría, compadreo, buen comer, beber y, claro, donde esté un buen licor café....

-¿Y a usted mismo?

-Un niño pequeño que sigue teniendo ilusión por todo. Sigo teniendo la curiosidad de un niño y sigo siendo muy infantil en muchas cosas. Y que no lo pierda, por Dios.

-¿Está mal visto ser "políticamente incorrecto"?

-Ahora, lo que está mal visto es ser políticamente correcto (ríe). Hay que medir mucho las palabras. Con un tuit, se te puede echar encima un montón de gente. Ya no se pueden hacer chistes de mongoles o de mariquitas. La sociedad está cambiando. La libertad de expresión, con "sentidiño", es fundamental. Es bueno que la gente diga lo que piensa.

-Hablando de Twitter, ¿qué opinión le merecen las redes sociales?

-Me lo paso muy bien con las redes sociales. Me gusta mucho Twitter. Sigo a tuiteros que son divertidísimos. Hay mucha imaginación, creatividad y ganas de dar caña. Ese anonimato del avatar está muy simpático y hay mucha gente que se atreve a decir cosas que posiblemente no podría decir en otros lugares.

-¿Qué objetivos tiene Sergio Pazos?

-Espero poder seguir viviendo de la profesión y que la salud me lo permita.

-¿Qué tendría que contarme ahora para no reventar?

-Que gracias a esta entrevista, me acaba de llamar una productora importantísima de España que quiere que yo sea el protagonista de su próxima serie (ríe). Ahí, reventaré de alegría.