Doce horas de trabajo y 25 personas para cubrir de flores 300 metros de calle. Esas son las cifras de la ofrenda que los vecinos de la rúa Encarnación, en Celanova, dedicaron a la Virxe con la que comparten nombre, con la elaboración de su ya popular alfombra floral.

"Empezamos a deshojar las flores a eso de las tres de la tarde y cuando acabamos de completar la alfombra eran las cuatro de la madrugada", comentaba una de las vecinas implicadas en la celebración de esta tradición que se remonta "ya ni se recuerda desde cuando, de toda la vida". Esta efímera obra de arte comenzaba con una reproducción de la imagen de la santa al principio de la calle seguida de una serie de florituras y ornamentos "que se van improvisando según avanzan los trabajos", explicaban los participantes.

Una actividad la de este año algo menos concurrida de lo habitual. "Solemos estar más vecinos encargándonos de esto, pero esta vez ha sido diferente, el hecho de haber coincido en medio de un puente vacacional nos ha afectado", comentaban desde el grupo vecinal.

Todo para recibir a la imagen de la santa que ayer a mediodía recorría en procesión el espacio que separa su morada habitual, la Capela da Encarnación, de la iglesia del monasterio de San Salvador para estar presente en el templo en el que se celebrará su novena, que comenzaba precisamente ayer.

La villa de San Rosendo calienta así motores para celebrar las primeras de sus fiestas estivales, el fin de semana del 5 y el 6 de agosto, que tendrán como plato fuerte, la procesión nocturna de A Ramallosa, también conocida como "la procesión de los faroles"en la madrugada del sábado al domingo.