| La mejora de la iluminación del Puente del Milenio ha permitido reabrir la pasarela peatonal que se eleva sobre la plataforma para vehículos con una pronunciada pendiente que simula la forma de un ave. Tras llegar a la cima y tomar resuello, las vistas sobre la ciudad son espectaculares, con la trama urbanística, el Miño y la Ponte Vella en una estampa. Ourense recupera un mirador privilegiado, que estuvo un año cerrado durante el mantenimiento de la infraestructura, un proceso en el que además se regularizó la titularidad, pasando a manos del Concello. Con más seguridad, el espacio reabre y luce, por ahora, sin las pintadas que lo afeaban. Que dure.