La DGT señala que se evidenciado que la antigüedad del vehículo supone un factor de riesgo al carecer de los sistemas y equipamientos de seguridad implantados en los últimos años, además de los problemas derivados de su uso prolongado y desgaste. Se ha constatado incluso que el riesgo de fallecer o resultar herido grave se duplica cuando el vehículo tiene de 10 a 15 años, frente a los que tienen menos de cinco.

Con todo, el óptimo estado del vehículo repercute en la seguridad y es importante revisar los siguientes elementos.

| Neumáticos. El límite legal de profundidad es de 1,6 milímetros, pero lo recomendable es que tenga un mínimo de 3.

| Alumbrado y señalización. Las lámparas reducen con el uso su intensidad, por lo que deben cambiarse cada dos años o cada 40.000 kilómetros. Además hay que mantener siempre limpias las ópticas. La DGT recuerda que "es tan importe ver como ser visto".

| Placas de matrícula. Deben ser perfectamente legibles y no estar deterioradas.

| Documentación del vehículo. Además del permiso de conducir, es obligatorio llevar el permiso de circulación y la tarjeta de la ITV con la pegatina correspondiente visible en la luna delantera.