Pocas veces nos paramos a pensar en todo el trabajo que hay detrás de un acto tan cotidiano como el de bajar cada mañana a comprar el pan. Pues lo hay, y mucho. Y si aún encima retrocedemos en el tiempo y recuperamos las técnicas que se usaban hace más de 50 años, las labores se vuelven más costosas.

Pero el trabajo no asusta a los vecinos del Concello de Allariz que llevan ya más de veinte años, concretamente desde 1995, completando el "Ciclo do Pan" al estilo más tradicional, esto es, con sus cuatro etapas: "seitura", "malla", "moenda" y "fornada".

Este ciclo se iniciaba ayer en una finca de Queirás da Igrexa con un grupo de valientes armados con "fuciños" que ya de buena mañana comenzaron con el trabajo de la siega tras reunirse en la "Petouquiña" a eso de las nueve. Los más veteranos aprendieron en Castilla durante los años de su infancia y adolescencia y ahora le han enseñado como hacerlo a sus hijos y nietos, que continúan con la tradición haciendo de la fiesta una celebración intergeneracional en toda regla.

Tras un par de horas de trabajo lo suyo era un refrigerio que también se asemejó a lo que manda la tradición, con pinchos y dulces típicos. Y ya cerca del mediodía, cuando el calor ya comenzaba a apretar, llegaba el turno de los trabajos de atado y "enmedado" de los "mollos" para la realización de distintas "medas" en la parcela. Finalmente, con el deber cumplido, los segadores pudieron disfrutar de un almuerzo en la "bidueira do Kiko".