Se convierte el algo normal y habitual en esta época del año. La ciudad y varias zonas de la provincia de Ourense viven con el calor acuestas y sin tregua climatológica, como así lo certifican los últimos días los termómetros, que llegan a rondar los 40 grados, con lo que eso supone.

Y aunque en la jornada de ayer la temperatura máxima se volvía a registra en la localidad de Leiro, en la comarca del Ribeiro, con 38,8 grados, en la ciudad se llegó a los 36 grados, con un calor que era más que visible en los viandantes. De esa forma, además de buscar refugio, aquellos que pueden, en las piscinas de Oira o bien en las riberas del río Miño, en la urbe en los parques se buscaba aquellos zonas sombreadas, con arboles y vegetación, con el más que necesario consumo de bebidas refrescantes.

Así, ya forma parte de la estampa cotidiana ver a muchos ciudadanos sentados en bancos con el refresco en la mano para combatir un sofocante calor, que según las previsiones continuará y se acentuará, de ahí la nueva alerta amarilla por el nuevo incremento de las temperaturas, que pueden alcanzar y superar los 40 grados.

De ahí que no resulte extraño que de nuevo se insista en las recomendaciones, sobre todo a las personas mayores, para evitar salir a la calle en determinadas horas del día, sobre todo a primera hora de la tarde, en la que el calor llega a ser sofocante.

Es por eso que más allá de los socorridos abanicos, cualquier artilugio es bueno para intentar paliar los rigores de un verano en el que las temperaturas suben más allá de las previsiones iniciales. Para los próximos días, los 40 están garantizados.