La versión del gobierno municipal sobre la fiestas mayores de la ciudad es diametralmente opuesto a la que daba el grupo mayoritario de la oposición, Democracia ourensana, y el balance que hizo ayer el alcalde, Jesús Vázquez. Se puede resumir en "de lo más positivo, todo salió bien, no hubo incidentes y, lo más importante, es que la gente se los pasó muy bien". Antes, la concejal de Cultura, Belén Iglesias, no dudó en "presumir de unas fiestas dignas y atractivas", ya que "no se dejó nada a la improvisación", con un reconocimiento al personal del área de Cultura, así como a otros servicios municipales que participaron activamente en los diferentes dispositivos.

Lo que destacó el regidor es que la programación tenía como objetivo "conjugar diferentes sensibilidades con un presupuesto que no es millonario", ya que los nueve días de fiestas tuvieron un coste de 439.000 euros, aunque una cuantía que se rebajará, toda vez que no se cuenta "con el retorno" a las arcas municipales, tanto de las atracciones, que de nuevo formaron parte del programa, así como las entradas vendidas para algún concierto y el Enofestival -innovadora propuesta de música y cata de vinos de la denominaciones de origen-, que asegura fue un éxito.

Lo que aportó el alcalde, para de esa forma argumentar su problema de balance positivo, es que la Plaza Mayor, que se convirtió en el epicentro de las fiestas, recibió la vista de algo más de 20.000 personas en los conciertos celebrados a lo largo de la semana.

Ferreiro la mayor atracción

Según las cifras facilitadas por la Consellería de Cultura, y en lo que a la oferta musical se refiere, el concierto de Iván Ferreiro se convirtió en la atracción estelar, con más de 3.500 personas, mientras el de pago, que tuvo a Swet California como protagonistas, superó escasamente las 2.000 personas, superado pro la Edad de Oro del Pop Español, que superó los 3.500.

En cuanto a la batalla de flores, aunque el alcalde se mostró prudente y advertía que "es complicado calcular el números de asistentes", desde el área de Cultura se fija en unas 10.000 personas. La otra actividad fija en las fiestas son los fuegos artificiales. Jesús Vázquez evitó dar cifras de asistente, dado que es difícil cuantificar las personas que se apostaron en diferentes zonas cercanas a las márgenes del Miño.

En lo que se refiere a la Feria Medieval en el casco Histórico de la ciudad, que fue objeto de criticas, sobre todo por la reducida presencia, respecto a ediciones anteriores. El alcalde justificó esa merma en "cuestiones de seguridad. "Fue una imposición del concello de limitar el número de puestos", explicó, aunque al final fueron 70 los puestos que se montaron.

Mención especial a las verbenas, sobre todo con la actuación de la orquesta Olympus, ya que según las cifras oficiales facilitadas reflejan que fueron más de 5.000 las personas que acudieron a la calle Progreso. También califica de respuesta "muy importante" el "Street Foud", la comida sobre ruedas con 38 expositores, por la que habrían pasado entorno a 45.000 personas, aunque reconoce Jesús Vázquez que "resulta muy difícil de cuantificar el volumen de negocio". Pero tiene claro que "fue un acierto".

Es por estos argumentos que el regidor dijo estar "muy satisfecho" de las fiestas, sin hacer mención alguna a las criticas de la oposición.