El pan de Cea sigue teniendo una atracción especial, como así quedó patente en la fiesta que se celebró ayer en la localidad ourensana, cumpliendo veintiséis años de exaltación a un producto elaborado artesanalmente en los hornos, muchos de ellos recuperados. Así, no resulta extraño que sobre las 14,00 horas, del campo da Saleta, convertido en recinto de encuentro gastronómico, se habían vendido más de 3.000 piezas de pan.
Un pan con Identificación Geográfica Protegida (IGP), que le convierte en una garantía, como reconocía el presidente del Consejo Regulador, Carlos Rodríguez, que no dudó en alabar, un año más, las propiedades que tiene el pan de Cea, que puede "aguantar casi una semana".
El pan de Cea, que para el alcalde, José Luis Valladares, es el "mejor del mundo", cuenta con un reconocimiento internacional, de ahí el importante incremento que experimento la exportación, con cifras impensable por parte de los 18 hornos que forman parte de la IGP. Las ventas se superan cada año, y de seguir a ese ritmo se podía alcanzar el millón de piezas.
Los visitantes rubricaron la excelencia del pan, entre los que se encontraba el vicepresidente de la Diputación, Rosendo Fernández, la diputada Ana Vázquez, así como el presidente del Parlamento gallego, Miguel Santalices, que no dudaron en "sopetear" el pan en aceite de oliva, además de compartir con otras viandas.
Después del pregón que corría a cargo de la repostera Merchi Rodal y del cocinero Carlos Parra, , y la música de acompañamiento, se celebró el xantar popular, en el que no faltó el pan de Cea, de trigo, elaborado en horno de leña y con mucho fundamento.
