El balneario histórico de Caldeliñas volvió ayer a bombear el surtidor de su manantial tras 70 años cerrado al público, y el Concello de Verín puso en marcha las obras de acondicionamiento del entorno, muy deteriorado por el abandono y naturaleza química de las propias aguas, para que las instalaciones puedan beneficiarse de una actuación de urgencia que permita su uso público.
Desde el grupo de gobierno apuntan que con el inicio ayer del bombeo se cumple el anuncio efectuado hace una semana por el alcalde, Gerardo Seoane, como principal novedad de la temporada de termalismo, de recuperar este histórico enclave.
Cabe destaca que hasta los años 40 del siglo pasado Caldeliñas era muy apreciado por sus virtudes para la piel, era de titularidad municipal, masivamente visitado por miles de personas e incluso contaba con tarifas especiales para los propios vecinos de Verín.
Así, los técnicos procedieron al bombeo y acondicionamiento técnico del acuífero, realizando un proceso de purga para mover el agua y poder tomar las muestras microbiológicas y bacteriológicas necesarias para determinar de forma moderna su composición y destino de uso.
De momento, y hasta que no se disponga de estos análisis, el Concello no va a abrir el acuífero al público, para tener la seguridad de la calidad de las aguas. Los análisis serán realizados por la Universidad de Vigo a la que ayer u hoy a más tardar le harían llegar las muestras.
También se iniciaron las actividades de acondicionamiento del entorno, que van consistir, como primer paso, en el ajardinamiento y conservación de las actuales ruinas y la disposición de espacio para o disfrute da surgencia.
El teniente de alcalde, Diego Lourenzo, visitó ayer las obras mostrando "el orgullo como verinés por ver recuperada una parte de la historia y del patrimonio de la balneoterapia de Verín, además de reiterar el compromiso de nuestro gobierno en continuar dando sólidos pasos en la recuperación del antiguo esplendor de nuestro termalismo".
