"En Ourense pasan fenómenos extraños, que tendría que investigar Iker Jiménez" . Eran las diez de la noche y una multitud escuchaba ayer expectante el pregón de Sergio Pazos, en la Plaza Mayor de la ciudad. "Por ejemplo, en Ourense hay un barrio, O Couto, cuyos vecinos están tan sanos que no necesitan cetro de salud", ironizó Pazos, recordando la demora de lustros que llevan esperando por la inauguración de su ambulatorio.

Con el alcalde, la edil de Cultura y unos cuantos cargos públicos más en primera fila y totalmente cómplices, el conocido actor y monologuista, oriundo de Ourense, no defraudó.

"Los jueces a la cárcel"

"Hay otros hechos paranormales aquí: un arquitecto ha conseguido lo que nadie pudo hasta ahora: meter a los jueces en la cárcel, diseñando un nuevo edificio judicial con rejas y sin ventanas del que no se pueden escapar".

Y aún continuó el pregonero. "Y tampoco se sabe qué tipo de momia política o burocrática será la que, desde hace diez años, hace que no podamos entrar el Arqueológico", señaló criticando así el cierre del museo.

Fue la parte "retranqueira" de un pregón que había iniciado momentos antes, invitando a aprovechar el espíritu festivo, para "reconciliarse en todos los sentidos, social y político con la vecina, con el tío. E incluso echó un capote, remedando lo que podría decir un alcalde en fiestas a la oposición: "¡Venga troncos, hay que reconciliarse que es muy fastidioso gobernar en minoría".

Tras hacer un recorrido amable por los recientes logros de la ciudad, loar sus locales tradicionales y los nuevos establecimientos, Pazos, sacó su lado clown y al amparo de la frase "y As Burgas siguen echando agua" que repitió como un mantra para despistar a la parroquia, bautizó las Festas de Ourense 2017, regando al público con una sulfatadora.De agua, claro.