Las obras de restauración en curso de la puerta norte no lo permiten ahora. Antes, era costumbre que los vecinos de Ourense usasen la Catedral como un pasadizo entre calles, en el corazón del casco histórico. Llegaban a Lepanto desde la Praza do Trigo, y viceversa, atravesando dos de las entradas de la seo ourensana. Sucedía también que algunos paseantes, cansados o aburridos, se sentaban a reposar, incluso a dormir, en los bancos del templo tardorrománico, edificado entre los siglos XII y XIII. La Iglesia quería poner orden en su principal lugar de culto pero, sobre todo, aumentar los ingresos. Desde el 9 de mayo de 2016, todos los residentes de fuera de la Diócesis pagan para entrar en la Iglesia de San Martiño, salvo que acudan a una misa, aunque los horarios no suelen coincidir. En 13 meses, las visitas de pago han dejado ya más de 106.500 euros.

El deán, José Pérez, asegura que parte de los ingresos se dedican al contrato con la empresa y al pago a los seglares, cuatro más la coordinadora de las visitas y el que se encarga los fines de semana. Ningún sacerdote cobra nada. La implantación de una entrada para los turistas hace posible "mantener cierto orden religioso y cultural", a la vez que "restaurar retablos, iluminar todas las capillas, abrir las puertas del museo. Tener decente la Catedral". Los fondos financiarán, por ejemplo, obras de mejora en la Sacristía. La Iglesia justifica la medida como un paso "imprescindible" para , "no tener que cerrar este monumento histórico y religioso. La Catedral no se sostenía tal y como estaba. Hubiera llegado un momento en el que estaría en ruina. Ahora todo el mundo puede disfrutar todo el año del arte y la religiosidad que encierra".

¿Y las subvenciones de Patrimonio, y la exención del impuesto IBI? "La Xunta nos paga ciertas restauraciones de la Catedral, sobre todo las más importantes que nosotros seríamos incapaces de sostener. Pero además hay un gasto diario de luz, sacristanes y señora de la limpieza, lo que significa que necesitamos ingresos. Todo lo invertimos aquí, pagando el IVA correspondiente; todo está declarado", responde el deán.

La Diócesis exploró y estudió durante más de un año el modelo de otras catedrales, como Salamanca, León o la de Tui. Las visitas en Ourense funcionan todo el año, de lunes a domingo. En un año ha recibido público de 23 países extranjeros: 1.234 portugueses, 961 franceses, 790 alemanes, 516 británicos, 457 italianos, 310 holandeses, 310 mexicanos, 272 argentinos o 236 estadounidenses. El 80% de los más de 28.800 turistas de pago que han descubierto la Catedral procedía de otras provincias españolas. Son más de 23.000 desde mayo de 2016.

Como los peregrinos Manuel Mayo y José María González, ambos venidos de Cataluña y cuya primera parada en Ourense, en ruta del camino sanabrés, fue para ver la seo. "No la conocíamos y lo que más nos ha llamado la atención es el policromado", dicen sobre el Pórtico do Paraíso, cuya estampa restaurada es una de las más impactantes de la Catedral. Aunque todo dependa de gustos. "Quizá es demasiado sombría y recargada para nuestro gusto, pero aun así es interesante de ver", comenta Nuria, de Barcelona. Tanto a ella como a su marido Salvador les parece "un poco cara" la entrada general de 5 euros para los turistas (hay descuentos para grupos, mayores de 65, adolescentes y universitarios, así como peregrinos y visitas escolares, mientras que las personas con discapacidad acceden gratuitamente, como los residentes en la Diócesis y los que acuden al culto. Se esperaban que la tarifa incluyera la bajada a alguna cripta o una visita a los tejados. "Suponemos que mantener todo esto cuesta dinero, pero la Iglesia lo tiene", añade él.

A cada usuario se le pide opinión en una encuesta de 8 preguntas al finalizar el recorrido. "La mayoría se van impresionados. No habían oído hablar de la Catedral de Ourense, no saben lo que se van a encontrar porque por fuera es muy soria, pero cuando entran y ven todo el despliegue de elementos artísticos se quedan muy impresionados", destaca Gema López, licenciada en Historia y coordinadora de las visitas. La Diócesis adjudicó la gestión a la empresa Artisplendore -con experiencia en otras ciudades españolas-, por un periodo de 5 años.

La entrada da acceso al museo diocesano y a las capillas, como la del Santo Cristo, donde "hasta los ateos entran a reflexionar", destaca el deán, y la restaurada de San Juan Bautista, la que fue primera parroquia de Santa Eufemia. El precio incluye e incluye una audioguía que explica en español, gallego, inglés, portugués y francés -en breve, también en alemán e italiano- las riquezas principales del templo. A las ya citadas se suman el retablo de la Capilla Mayor -del maestro Cornelis de Holanda, siglo XVI-, el Pórtico del Paraíso, la visita interior del cimborrio -uno de los pocos conservados en España-, el Cristo de los Desamparados, o los retablos de Mateo de Prado del deambulatorio: la Ascensión de la Virgen o Reina de los Ángeles, y el de la Conversión de San Pablo.

La Diócesis estudia ampliar el recorrido de las visitas a las campanas y techos. Antes debe instalar medidas de seguridad y contratar un seguro de responsabilidad civil en caso de algún percance. También es posible que se incluya en el recorrido una salida al patio de la puerta santa, que da a la calle Juan de Austria. Hasta el momento, el mes con más afluencia ha sido agosto de 2016, con 5.147 visitas de pago. En lo que va de año, el mejor ha sido abril, con 2.649. En noviembre, diciembre, enero y febrero, el turismo decae, y del mismo modo las llegadas a la Catedral. "Queremos que esté abierta siempre, así que nos contentamos con pagar los gastos", dice el deán.