Las puestas de sol acarician las fuertes rocas del campanario y en el sensual abrazo quizás persista aún el eco de los lamentos de las mujeres juzgadas por pecadoras por la inquisición que día tras día sentían sobre su cabeza el lento y sutil tormento de "a pinga" que las hacía enloquecer sin remedio? "Tiene ese misticismo interno que la película posee también, esa oscuridad interior de ciertos espacios que nos gusta retratar?Estamos fascinados con ellos, el enclave paisajístico que hay alrededor también es otro punto a sumar. Son espacios increíbles a los que habría que hacerles un monumento visual", confiesa Iván Patiño.

Tres hombre jóvenes comandan este el grupo: Iván Patiño, Lois Patiño y Felipe Lage. Capturar el alma de estos parajes es su sueño. Complejos artilugios de grabación, su herramienta. Los ojos de la cámara y un equipo humano, su apoyo. Trasladar todo esto a la gran pantalla, su propósito. Si todo sale como han previsto, dentro de unos meses estos mágicos parajes formarán parte de la película "Tempo vertical", dirigida, producida y rodada en Galicia . Dos productoras se asocian para este fin, Amanita Films de Monforte y Zeitum Films de A Coruña.

Dice Iván Patiño, su fundador, que Amanita Films "nace más o menos por el año 2012, por las inquietudes artísticas que me inculca mi abuelo, que era micólogo y artista polifacético". Como homenaje a quién alimentó sus ideales elige para la productora el nombre de una seta, Amanita, bella y enigmática como el mundo al que este joven monfortino decide dedicar su vida.

Zeitum Films es otra joven productora que camina de la mano de su fundador, Felipe Lage. " Yo fui el productor del primer largometraje de Lois Patiño, primo de Ivan , "Costa da morte". Fue una experiencia muy positiva de la que estamos muy orgullosos?" "Me apetecía seguir trabajando con Lois?Estamos encontrando localizaciones, sitios, con una cierta magia de la que queremos impregnar esta película".

No cabe duda de que este film es atípico en su concepción. "No hay diálogos directos en las escenas, pero sí conversaciones grabadas a posteriori sobre las secuencias", explica Felipe Lage. "Estamos en medio del proceso de creación, sabemos lo que queremos pero estamos abiertos a nuevas cosas? Veremos qué trabajo acabamos haciendo.Va a ser una película que sorprenda".

Lois Patiño,director de la película, creció en el universo del arte, sus padres son pintores de reconocido prestigio y él, a pesar de su juventud, no les va a la zaga. Cuenta con premios importantes que avalan su trayectoria profesional ."Lois indaga mucho en el paisaje, en la concepción del tiempo", subraya Felipe Lage.

Insiste en retar al espectador con la exploración de nuevos lenguajes, concibiendo un cine nada convencional. Trata de mantener la capacidad de asombro ante lo que le rodea y le gusta a rabiar aquello que decía Heráclito: "Hay que esperar lo inesperado o no lo reconocerás cuando llegue".

Los figurantes fueron elegidos de entre los vecinos de la zona, incluso la mayoría de los protagonistas no sobrellevan el peso de la popularidad, "un actor no profesional aporta una aproximación a la ficción distinta. Hay momentos en los que el actor novel va entregar quizás más que un actor profesional?Vamos descubriendo también nosotros, dejándonos llevar por lo que suceda o por lo que fomentamos que suceda y nos agarramos a eso; seguimos esa dirección hacia donde creemos que aparece la magia que es lo que buscamos".

Para Iván Patiño, la película es difícil de definir. "Estamos hablando de una situación en la que parece que todo el mundo se quedó totalmente inmóvil. Sólo tres personas, tres meigas, pueden moverse. Comienzan a investigar qué es lo que pasa. Aparece un marinero que tiene también la capacidad de moverse. Desde ahí se desarrolla toda la trama",nos dice con su mirada enigmática que parece dibujar en el aire círculos imaginarios. "Este tipo de cine no lleva un guión cerrado. Se construye en el montaje, hay un proceso de creación posterior?"

Con 21 días grabación concluye la primera parte del rodaje, por diferentes enclaves de la Ribeira Sacra, de la que Iván Patiño y sus compañeros son rendidos admiradores. "Yo soy fiel y acérrimo admirador de esta zona, porque encuentras todo, desde cataratas hasta bosques milenarios, abetos, castaños? Es un plató excepcional para realizar estas ficciones".

Seguirán dos semanas más en A Costa da Morte y ahí termina una parte del trabajo, porque mucho más queda aún hasta que la magia capturada por la cámara y la sensibilidad de Iván, Lois y Felipe se nos muestre en las pantallas.

Y con esta amalgama de ingredientes, amasados con el tesón y la experiencia de los artífices del proyecto, la película se nos antoja arropada en el manto de una etérea fascinación. Entre las viejas piedras del monasterio de San Pedro de Rocas quizás el caballero Gemodus, que otrora decidió quedarse para siempre en estos parajes, se esté planteando la posibilidad de vivir una nueva aventura en "Tempo Vertical".