La memoria anual de Cáritas Diocesanas de 2016 revela que entorno al 41% de los hogares de Ourense se encuentran en una situación de exclusión social, ya que viven de una prestación, con una media de ingresos que se sitúa en 283 euros mensuales, que es "claramente insuficiente". Además de alertar que los ingresos de los hogares han caído espectacularmente desde el primer impacto de la crisis, con una reducción que supera el 10%.

Es una de las revelaciones que se plasman en la memoria que presentó ayer el delegado de Cáritas Diocesana de Ourense, Ángel Feijóo, y su directora María Tabarés, que alzaron la voz contra una situación que viene siendo una constante en los últimos años en la provincia y la ciudad. De ahí que en el pasado año se prestase atención a 9.909 personas, y se beneficiaron de las ayudas que presta un total de 20.709.

En este sentido, Tabarés expuso que durante 2016 confirmaron "la tendencia, iniciada hace dos años, a la cronificación de muchas situaciones de pobreza", provocada por "un salario mínimo legal que no alcanza a cubrir todas las necesidades de las personas" que acuden al servicios, y que las prestaciones sociales, sean o no contributivas, "tampoco cubren las necesidades básicas".

Lo que también reflejan los datos es esa "fractura en la sociedad", y son muchas las personas que "no logran salir de la crisis", con el agravante de que su situación "empeora". La directora de Cáritas incide en que "no se están fomentando políticas para solventar la situación de las personas en riesgo o exclusión social".Afirmar que las administraciones "no dan respuestas ágiles"", de ahí que hiciese un llamamiento a "reflexionar sobre qué sociedad queremos", alertando sobre que "la pobreza se hereda". Con la conclusión de que "en Ourense, los ricos son más ricos que antes de la crisis; los pobres, lo son más".

Personas y necesidades

En cuanto a la actuación de las diferentes administraciones y el apoyo a la labor que viene llevando a cabo Cáritas, Ángel Feijóo, se mostró critico, y no dudó en señalar que las cifras de esas ayudas "son pobres. Esa es la realidad". Dejó claro que no les dan "ninguna subvención, es por servicios prestados que deberían atender las propias administraciones, pues estamos hablando de ciudadanos".

En lo que se refiere al perfil social de las personas atendidas desde Cáritas, señalan dos: Las familias con hijos menores, con empleo temporal o en situación de desempleo, y con vivienda insegura. Destaca significativamente las parejas jóvenes, un 38%, y las familias monoparentales, un 19%, que residen en una vivienda de alquiler que supone el 65% o más de la renta disponible; desempleados o con trabajo en precario el 69%, y con empleo, el 18%.

El otro perfil es el de hombres solos, jóvenes, con escasa formación, y vivienda insegura, españoles de entre 20 y 35 años. La memoria señala que "su pobreza se cronifica", junto con la situación sociosanitaria, como enfermedad dual, mental o drogodependencia, con dificultades serias de acceso al mundo laboral, y con escasos o inexistentes apoyos familiares, así como de la administración pública, sobre todo en la garantía de un acceso a la vivienda.

También son datos relevantes de la muestra realizada por Cáritas, que las mujeres encabezan de manera mayoritaria la solicitud de ayudad: el 58%, frente al 41% de hombres. Así como que "la pobreza se hereda, y factores como la dedicación profesional, la calidad en el empleo, y la educación de los padres condiciona el futuro de sus hijos". Además, el 68% de las personas atendidas tienen nacionalidad europea; de ellos, el 81% son españoles, y en edad laboral el 90% de ellos. En situación de desempleo, el 69%; y con trabajo "de baja intensidad, calidad o en precario, el 18%.