Isabel Fuentes (66) murió asesinada, sin protección, en el hospital de Ourense, pese a que la Guardia Civil había advertido a la juez del "peligro" que suponía no restringir las visitas del marido porque era el principal sospechoso de un ataque previo que intentó camuflar como un robo. La primera magistrada, Cristina María Fernández Viforcos, no vio indicios suficientes para poner el foco sobre el esposo, rebajando a "conjeturas y suposiciones" la hipótesis de un plan homicida que sostenían los agentes. Aniceto Rodríguez Caneiro (77) visitaba a su víctima con normalidad en el centro médico y durmió a su lado la noche que la remató. Así consumaba un crimen con dos capítulos: la noche del 1 al 2 de abril presuntamente la dejó en coma, golpeándola con un martillo, mientras ella veía, casi dormida, la televisión en el domicilio conyugal de Pazos (Verín). La Policía Judicial desmontó su versión a los 5 días, pero ni fue detenido ni la juez de entonces consideró el caso como un episodio de violencia de género. El 8 de mayo de 2015 acabó con la vida de Isabel Fuentes, acuchillándola. El crimen machista, uno de los sucesos que mayor impacto han causado en Ourense en años, cuestionando además la fiabilidad del sistema de protección a las víctimas, se juzga desde el próximo martes.

La vista empezará casi por el final. El día 6, a las 10 de la mañana, un forense contestará a las partes sobre el informe de las lesiones sufridas por la víctima en el primer intento de asesinato. Será 13 días antes del interrogatorio y del resto de las pruebas (testificales, periciales, documental y conclusiones finales), fijadas para la semana del 19 al 22 de junio. El motivo de este informe forense por anticipado obedece a que uno de los peritos se marcha días después al extranjero, para participar hasta agosto en una iniciativa de cooperación internacional, en las Islas Malvinas. Él fue el único que hizo la valoración de las lesiones, por lo que su participación en el juicio es imprescindible.

La Fiscalía, representada por el delegado de Violencia de Género, Julián Pardinas, solicita 39 años de cárcel por un delito de asesinato intentado (14 años) y otro de asesinato consumado (25), ambos con la circunstancia agravante de parentesco. La familia, personada como acusación particular, eleva la solicitud a un total de 49 años. La letrada, Beatriz Seijo, suma en su escrito la agravante de ensañamiento. Según su criterio, Aniceto Rodríguez Caneiro "aumentó inhumanamente y de forma deliberada" el dolor y sufrimiento de su esposa.

Por su parte, la defensa, ejercida por Jorge Temes, plantea 3 y 4 años de prisión, respectivamente, por el primer ataque en el domicilio conyugal -lo califica como lesiones, y no intento de asesinato, por el hecho de que el hombre acudiera gritando a la casa del vecino para alertar de un ataque-, así como por el crimen consumado del CHUO. Según el escrito de defensa, Aniceto Rodríguez Caneiro "no es consciente de haber atacado" a su mujer el 2 de abril en la casa de Pazos, ni tampoco "de haberle dado muerte" en la habitación del hospital. Defenderá la atenuante de trastorno mental transitorio y se agarrará al ictus que el acusado sufrió tras autolesionarse con la misma arma del crimen.

¿Finge el acusado estar peor?

La familia de Isabel Fuentes está convencida de que Aniceto Rodríguez finge estar peor de lo que está. En su escrito de calificación, esta parte sostiene que el marido "simula" las supuestas consecuencias del ictus. "Dichas lesiones no afectan a su capacidad de comprensión, pese a pretender el procesado simular afectaciones y daños que no padece". Es una línea similar a la del fiscal, quien entiende que las secuelas "no afectan a su capacidad" y que el acusado pretende "presentarse más dañado de lo que realmente está". En la fase de instrucción, los forenses determinaron que el presunto asesino conservaba las suficientes facultades como para entender qué es un juicio y sentarse en el banquillo de los acusados.

Lo intentó en casa y la remató cuando ya se recuperaba

El matrimonio regresó a su domicilio de Pazos (Verín), a las 21 horas del 1 de abril, tras haber pasado la tarde en la casa de unos primos. Esa misma noche o a primeras horas del día siguiente, el acusado aprovechó que Isabel estaba dormida en el sofá, en situación de indefensión, para golpearla presuntamente con el martillo en la zona lateral derecha de la cabeza, con ánimo de acabar con su vida, ocasionándole tres heridas. Dándola por muerta, Rodríguez Caneiro trató de fingir que se había producido un robo pero la Policía Judicial desmontó esa denuncia falsa. Después fue al domicilio de sus vecinos pidiendo auxilio al grito de "Roubaron e mataron a Isabel".

La víctima estuvo en Reanimación y, desde el 30 de abril de 2015, en planta. Evolucionaba bien, respondía a estímulos y estaba más cerca de volver a comunicarse. El acusado la acompañaba en la habitación continuamente. La víctima y su asesino presente. El día 8 de mayo de 2015, entre las 5:00 y 6:00 horas de la mañana, el septuagenario aprovechó que tanto ella como su compañera dormían. Con el mismo ánimo de matarla, le levantó el camisón y le asestó con un cuchillo de cocina que portaba al efecto, de 14,5 centímetros de hoja, dos puñaladas, una de ellas al corazón.