-La CEG tiene unos problemas gravísimos de viabilidad económica. ¿En cuánto se cifra la deuda que arrastra en la actualidad?

-La deuda es un poco superior al millón de euros.

-Con la ausencia de Pontevedra y Ourense, la situación va a empeorar.

-Nosotros por el momento seguimos asistiendo a las reuniones pero les estamos diciendo constantemente que el rumbo debe de cambiar si quieren que la organización sea viable en el tiempo y sea representativa del empresariado gallego.

-Por lo tanto, lo único que pretenden ustedes es marcar distancias. Y las organizaciones de Pontevedra y Ourense mantienen una alianza para solucionar problemas y continuar avanzando.

-Nosotros continuamos dentro, pero ya hemos advertido de que si no se empieza a hablar de los problemas de los empresarios, nuestra asistencia a las juntas directivas y a los comités ejecutivos se verán reducidas.

-¿Hasta dónde puede llegar la alianza establecida entre Pontevedra y Ourense, con la colaboración del norte de Portugal?

-No pensamos crear una confederación de Pontevedra y Ourense, pero sí hacer una especie de espacio de colaboración, del que pueden surgir proyectos comunes, que puedan incluso requerir el desarrollo de alguna estructura conjunta, por si tenemos que optar a proyectos y se necesite una estructura unitaria. Pero sería solo para abordar proyectos conjuntos. Nosotros aspiramos a que algún día (más pronto que tarde ) estos problemas de la CEG se superen, tengan solución, formen parte del pasado y que se desarrolle un espacio armónico entre las cuatro confederaciones provinciales gallegas, donde todo el mundo se sienta respetado y valorado y donde se hable con amabilidad, sinceridad, de forma educada y con espíritu constructivo.

-Todo el problema consiste en que Antonio Fontenla dijo que abandonada el cargo, tras doce años de presidente de la CEG y veinte de la confederación de A Coruña, pero continúa manejando los hilos.

-Yo creo que todo es recuperable, pero las personas deben de cambiar en sus actitudes, en su forma de expresarse y en los hechos.