Como si no fuera ya suficiente con los destrozos causados por las heladas del mes de abril, los viticultores de la comarca de Valdeorras ahora suman los daños de la granizada que cayó en este territorio el pasado martes y que ocasionó importantes daños en los viñedos, principalmente en los concellos de O Barco, Rubiá y Vilamartín. Curiosamente las zonas que se habían salvado de las heladas fueron finalmente abatidas por el granizo.

La tan esperada lluvia por el sector vitivinícola no llega con bendiciones para todos, ya que en algunos puntos lo hizo acompañada de granizo que contribuyó a incrementar los daños de la helada, y afectó además a los viñedos que se habían salvado de la misma.

Y aunque el llover es bueno para que las viñas empiecen a brotar, y algunas ya lo están haciendo, hay otras en las que no se visualiza aún ninguna mejoría. En este sentido, un miembro de UUAA y también viticultor, Xosé Ramón González, apunta que ayer fue el perito a una finca suya de algo más de una hectárea y "nada de mejoría, pero esta lluvia ayuda a disolver los nutrientes de las viñas abonadas y ayudará a brotar, aunque en Monterrei mucho bien ya no puede hacer", siendo ésta la D.O más afectada por las heladas, donde el granizo no tuvo presencia este martes pero se teme que llegue hoy a última hora.

Por su parte, el presidente del Consello Regulador de la D.O. Valdeorras, Francisco García, desconoce aún el alcance de los daños del granizo. Apunta que ya van naciendo y creciendo los brotes, tras la repoda, lo que dice minimiza un poco las pérdidas. "Pueden tener uno o dos racimos, o como mucho tres pero ya es más difícil, pero no podemos cuantificar aún lo positivo que puede ser", apunta.

Otro vecino de Valdeorras indica que la zona de Córgomo en Vilamartín y parte alta de O Barco, las laderas más al norte, fueron las más afectadas por el granizo, pero que hasta pasar unos días no se pueden evaluar las consecuencias.