La Policía entró con orden judicial, en abril de 2015, en el domicilio ourensano de A. C., de nacionalidad senegalesa. En el registro se hallaron numerosas prendas y relojes falsificados que presuntamente quería vender, así como 1.700 euros procedentes, según el fiscal, de la actividad ilícita. El valor de mercado no era inferior a 1.485 euros y la ganancia superaba el mínimo para constituir un delito contra la propiedad intelectual, según el ministerio público, que solicita 1.440 euros de multa.