Es la segunda vez en la misma semana que la Guardia Civil hace controles de seguridad ciudadana, revisando vehículos. La presencia de varios agentes con fusiles sorprendía ayer a los conductores en la autovía Rías Baixas, la A-52, en Cenlle. Había varias dotaciones, cruzadas a cada lado del mismo carril, sentido Ourense, con un agente preparado para desplegar la barrera de pinchos en caso de intento de fuga. Hubo otro control el lunes. Dos fuentes afirmaron que era un control preventivo ya planificado.