El presidente de la Denominación de Origen del Ribeiro, Felicísimo Pereira, muestra una gran preocupación por salvar las vides, mediante el corte de las zonas afectadas, en el momento que sequen, y "aplicarle un cicatrizante y un estimulante para que salgan las yemas que quedan latentes". De esta forma, la planta podrá recuperar las hojas. "Si no hay hojas, la vid deja de hacer la fotosíntesis y muere", advierte.

Pereira no se atreve a ofrecer un pronóstico sobre el número de vides que se van a perder, pero admite que "alguna tendrá que morir, como morimos las personas cuando viene la gripe". Destaca que la denominación de origen del Ribeiro "llevaba veinte años sin una helada de esta envergadura".