La provincia de Ourense ha concentrado casi todos los incendios forestales registrados en Galicia en lo que va de año, salvo el último, que consumió unas 56 hectáreas de monte raso en la parroquia de Vilaspasantes, en el municipio lucense de Cervantes, y otro anterior en el mismo ayuntamiento que afectó a unas 20 hectáreas. En ningún territorio como en el ourensano el monte está, en el cuarto mes del año, en una situación de riesgo más propia del mes de agosto. Hasta la fecha, las llamas han arrasado unas 1.035 hectáreas en los 22 fuegos de los que ha informado la consellería de Medio Rural, que solo hace públicos los datos de los que afectan a superficies mayores de 20 hectáreas o ponen en peligro vidas.

Especialmente dura ha sido la primera quincena del mes de abril, con aproximadamente 693 hectáreas calcinadas en los 12 incendios principales ocurridos a estas alturas de la primavera. El más devastador ha sido el registrado en la parroquia de Soutadoiro, en el ayuntamiento de Carballeda de Valdeorras, con 137 hectáreas calcinadas por un total de seis focos. Le sigue en superficie quemada el de Lobios, originado en la parroquia de Grou el pasado 9 de abril, con 133 hectáreas, y el de Placín, en Manzaneda, que abrió la serie de esta oleada de incendios de abril con unas 125 hectáreas calcinadas.

Riesgo alto en la provincia

Como en las últimas jornadas de altas temperaturas, ayer el riesgo de incendio en la provincia era alto -entre un 57 y un 68% de probabilidades de que ardiese- en casi todo el territorio, con varias regiones donde el peligro se sitúa ya en niveles alto -entre un 69 y un 80%- e incluso extremo (más del 81 %).

El índice de riesgo diario de incendio forestal (Irdi) es un indicador de la consellería de Medio Rural que se calcula en función de la situación meteorológica (máximas de 30 grados en pleno abril), el estado de la biomasa vegetal (susceptible de arder tras varios meses de sequía), el de las infraestructuras preventivas de las masas arbóreas, así como el estado del suelo.

La alarmante sequía de primavera, que prolonga la prealerta de la estación de invierno, así como las altas temperaturas de las últimas dos semanas han hecho que la Xunta mantenga la prohibición de realizar quemas de restos agrícolas y forestales hasta nueva fecha, suspendiendo las autorizaciones que ya estaban autorizadas y previstas.

Esta práctica sin la precaución debida fue el origen, según la Policía Autonómica, del incendio forestal que arrasó unas 70 hectáreas en O Irixo, el pasado 8 de abril en el lugar de O Casar. Agentes de la Unidad Adscrita tomaron declaración como sospechoso a un vecino de la zona como presunto autor de un delito de incendio por imprudencia. Según la Autonómica, al investigado se le escapó una quema que estaba haciendo de restos forestales, en la que presuntamente no había adoptado precauciones.

27 investigados por incendios

El viento hizo que las llamas se propagaran por toda la finca, afectando a un total de 30,82 hectáreas de monte arbolado y 39 hectáreas de raso. Las diligencias fueron remitidas al juzgado de O Carballiño. En lo que va de año son 27 las personas detenidas o investigadas por la Policía Autonómica como presuntos autores de incendios forestales.