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Juan Hermida: "Fui gerente del club de golf de Manacor, donde Rafa Nadal comía macropepitos de ternera"

"Cuando un socio celebraba el cumpleaños en Mallorca, yo lo acompañaba hasta la puerta tocando la gaita gallega detrás"

Juan Hermida. // FdV

Creó un dúo con César del Caño en los años ochenta. Montó el pub Albanta de Maceda, en el que se realizaban exposiciones y conciertos. A finales de esa misma década se trasladó a Mallorca, para trabajar en el campo de golf de Manacor, del que terminó siendo gerente durante 20 años. Compaginó esa actividad con la tarea que desempeñaba como miembro del coro Ars Antiqua y como poeta. Curiosamente, a pesar de tratarse de un cantautor, él mismo reconoce que sus poemas son "poco cantables".

-¿Continúa ofreciendo conciertos?

-Ahora mismo estoy preparando un concierto en catalán. Yo digo que en catallego, por el acento que le meto.

-¿Qué fases distintas ha tenido como cantautor?

-Al principio hacía bastantes versiones en gallego. A partir de 1982 empecé a hacer temas propios en castellano. Luego vino un período de sequía, en 1988, coincidiendo con el cambio a Mallorca.

-¿Lo suyo fue llegar y besar el santo? ¿Le ofrecieron la gerencia del club de golf?

-No, empecé a trabajar en la hostelería, como todo el mundo. Dos años más tarde entré en el campo de golf. Cuatro años más tarde, me ofrecieron la gerencia. Permanecí 20 años como gerente del campo de golf de Manacor.

-¿Cuál ha sido el motivo por el que dejó ese cargo?

-Tú imagínate un hippie metido en un campo de golf.

-Permaneció dos décadas como gerente, casi toda una vida laboral.

-Hay que darse cuenta de que en aquel momento yo estaba criando hijos. Había un componente ahí, que era el económico. Yo me casé en el año 1981 con la profesora de yoga Isabel Díez y tuvimos dos hijos: Sara y Pau.

-¿Qué le ha quedado de todo aquello?

-No mucho, porque era gente de pasta alemana. Yo estaba fuera de sitio. Pero me permitió hacer una serie de cosas que no eran normales. Cuando un socio celebraba el cumpleaños, yo lo acompañaba hasta la puerta tocando la gaita detrás. Eso normalmente los gerentes no lo hacen. Pero me dio una estabilidad económica, que me permitió hacer otras cosas.

-¿Qué anécdotas puede contar del campeón de tenis?

-Yo he tratado a Rafa Nadal durante mucho tiempo, porque era socio del campo de golf. Llegaba, como todos los socios, jugaba y se marchaba. A veces estaba con los niños. Lo más simpático eran los bocadillos que se metía, con un buen filete de ternera dentro. Eso es lo que pedía él en el campo: un macropepito de ternera.

-¿Cómo fue evolucionando usted, como autor literario?

-A pesar de que una cosa no tenía que ver con la obra, en mi vida la música y la literatura siempre fueron en paralelo. En los años 70 empecé escribiendo poemas en gallego, con rima y métrica. En los años ochenta ya me dediqué a escribir en castellano, también con métrica y rima. Y luego abandoné la métrica y la rima. Lo que más me interesa es el ritmo. El cambio empezó con una obra que no se llegó a publicar. Se llamaba "Ataúd de sinfonías", que remití a un premio literario de Melilla, donde pasó sin pena ni gloria.

-Realizó otras propuestas.

-Con motivo del día del magosto, hice una convocatoria popular, para que los invitados escribieran un relato titulado "La castaña de oro". Y luego los editamos.

-Entre sus obras más recientes, figuran "Bukkake" y "Razones para el desorden".

-Sí, "Bukkake" (2014) contiene poemas de Alice Villares Frías, Luis Carballo Gil y de mi autoría. "Razones para el desorden" es un poemario mío, publicado en 2011.

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