En su condición de fenómeno cultural y comunicativo y dada su importancia en nuestro día a día, Marta González, cuya tesis estuvo codirigida por Fernando Ramos y Mercedes Román, propone que la gastronomía sea considerada y estudiada como una ciencia social.

Y señala además la necesidad de contar con un grado universitario: "El mundo actual demanda gastrónomos. Serían profesionales con una formación muy completa, propia del Renacimiento pero en el siglo XXI. Trabajarían en restaurantes o en la organización de actos y tendrían que saber de comida y de música, entre otras cosas, y también de nutrición. Y serían una especie de diplomáticos".

Y es que a lo largo de la historia, recuerda, muchos acuerdos se han cerrado en torno a una mesa. "Una cena de Estado es un acto gastronómico al 100%", ejemplifica.

González también se ha dirigido a la ONU para proponer que se establezca un día internacional dedicado a la gastronomía y que ésta sea considerada un bien cultural.