Richard Vinuesa ha podido constatar rechazo o desconfianza en torno al dron tanto en las instancias que deben regular su utilización como a pie de calle. "He oído eso del '¡huy!, que va a venir un dron a mi casa a vigilarme'. Realmente, hay que enseñarle a la gente qué es un dron. Decirle, esto es esto y nada más lo puede utilizar este señor y nada más que para esto. Si hay uno que sobrevuela tu casa y no tiene el permiso, entonces multa. En Francia se han puesto tres multas de 70.000 euros cada una. A la tercera, ya han entendido todos".

El experto considera que las ventajas que ofrece esta herramienta en la lucha antiterrorista, la extinción de incendios o la prevención del delito, entre otros muchos ámbitos, superan ampliamente las incomodidades. "En las grandes ciudades expone- hay miles de cámaras y no decimos nada. Lo tenemos súper asumido. Alguno puede que proteste, pero al final se piensa que es por seguridad y, si pasa algo, por lo menos lo pillan más rápido. En una ciudad como Ourense, el día de mañana, podrían volar cuatro máquinas diarias, patrullando como un coche, y desde arriba se ven mejor las infracciones".