Como consecuencia del vacío legal en torno al uso de los drones, el experto Richard Vinuesa alerta de la pérdida de oportunidades y de la fuga de cerebros. "En España hay un potencial inmenso y unos cocos impresionantes. He hablado con gente que desarrolla temas para todo lo que son las petroleras, porque necesitan unas máquinas que no emitan chispa, y que son invenciones que se van fuera. No sabemos guardar lo que tenemos", lamenta. "Y no es complicado porque el cielo francés, el inglés o el belga es el mismo que el español. Aquí no tenemos satélites a 50 metros de la superficie y estamos hablando de una tecnología placentera, que no es ir a picar en una mina", añade. Ricard Vinuesa indica que el precio medio de la formación para obtener la titulación de piloto de dron ronda los 830 euros, pero la inversión se dispara el emprendedor que quiere montar una empresa de drones para trabajar en el ámbito industrial o el agrícola. "Estamos hablando de casi 40.000 euros", apunta. Demasiado riesgo para un ámbito sin regular en España.
