Medio centenar de profesionales sanitarios de las unidades de tuberculosis de los hospitales gallegos participaron ayer en la 23 Reunión Galega de Tuberculosis e Infecciones Respiratorias que se celebró en el centro cultural Marcos Valcárcel para hacer balance de los resultados del primer programa gallego de prevención contra esta enfermedad, desarrollado durante el trienio 2012-2015, y fijar objetivos de cara al nuevo período 2017-2020.

El desafío clave es la eliminación de esta patología, que afecta actualmente a 582 personas en Galicia. Un reto posible y alcanzable de forma progresiva. Tal y como constató ayer el director xeral de Saúde Pública, José Antonio Taboada, el primer plan ha servido para reducir considerablemente la incidencia de esta enfermedad en Galicia. Desde 1996 la disminución es del 71% y parte del mérito tiene que ver con la actuación preventiva que se ha introducido en la estrategia médica ya que el tratamiento contra la enfermedad no ha cambiado en estos años. "Ahora actuamos sobre los contactos de las personas diagnosticadas y sobre la población de riesgo", indicó.

Así, el primer plan ha permitido detectar determinados problemas en el control y tratamiento de esta enfermedad que "hay que mejorar", indicó el director xeral. Una de ellas es el retraso en el diagnóstico. José Antonio Taboada señaló que es "difícil" pero pasa por que todos los ámbitos médicos trabajen unidos. En este sentido, indicó que reducir la demora pasa porque todos los servicios de Radiología y Anatomía Patológica "notifiquen cualquier sospecha" de la presencia de la bacteria a las unidades de tuberculosis. Explicó que el retraso en el diagnóstico es atribuible en parte al médico "que muchas veces no piensa en tuberculosis" y también al proceso de pruebas necesarias "que tardan más de lo deseable". Indicó que "se considera una media en torno a los 30 días como el límite aceptable, pero con los datos que tenemos, casi duplicamos, con 54 días de retraso". En este sentido, matizó que sólo se manejan datos del 76% de los pacientes, de ahí que conseguir cifras del 100% de la población con esta patología sea otro de los retos de futuro.

Potenciar los estudios de los contactos más próximos de los pacientes diagnosticados es otro de los objetivos que se ha fijado la comisión de coordinación y seguimiento de la tuberculosis en Galicia y que figuran en el programa aprobado el jueves por el Consello da Xunta. Según los datos que maneja la Consellería de Sanidad, en 2015 se realizó el estudio de 5.000 contactos, lo que supuso hacer un control del entorno del 93% de los pacientes diagnosticados con esta enfermedad. De estas pruebas resultó que el 29,2% estaban infectados por la bacteria, lo cual no quiere decir que hayan desarrollado la enfermedad. De hecho, el porcentaje de personas estudiadas que tenían la patología fue del 1,4%, lo que representa el 8% de la población enferma de tuberculosis.

Estos contagios se produjeron fundamentalmente en el ámbito laboral y de convivencia. El colectivo de profesionales ve necesario potenciar estos estudios para mejorar en el ámbito de la prevención, de ahí que uno de los retos de futuro sea el de incrementar los censos de contactos, que actualmente tienen el 75% de los pacientes.

La reunión celebrada ayer contó también con la participación de otros profesionales, como la trabajadora social de la unidad de tuberculosis del CHUO, Beatriz Pérez, que incidió en la necesidad de realizar una evaluación social de todos los pacientes. A través de diferentes ponencias, los profesionales abordaron también las novedades en los tratamientos.