La Policía Nacional detuvo el pasado viernes, a las 13.40 horas, a un hombre de 44 años y natural de Suiza, como presunto autor de siete hurtos cometidos en habitaciones del Complexo Hospitalario Universitario de Ourense el pasado mes de enero. El arrestado es conocido en el ambiente policial precisamente por ser el hurto al descuido (casi siempre en zonas hospitalarias) su seña de identidad. El sospechoso ya fue puesto a disposición judicial y quedó en libertad provisional con cargos.

La denuncia que llevó a la detención de este hombre se tramitó el pasado 9 de enero. Un ciudadano acudió a la policía porque alguien se había llevado su teléfono móvil y la cartera de la habitación en la que estaba ingresada su nieta, menor de edad. Alegó que había salido al pasillo un momento para dar un paseo dejando la habitación vacía y que cuando llegó le faltaba el dispositivo móvil que había dejado encima de la mesilla y la cartera que estaba en el bolsillo de la chaqueta colgada del perchero, todo valorado en 740 euros.

La Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta de la Comisaría de Ourense inició una investigación y localizó el móvil en propiedad de otra persona que declaró haberlo comprado en el mercado negro y que reconoció al detenido como autor de la venta. El sospechoso fue detenido como presunto autor del hurto y posterior comercialización del celular.

Continuando la investigación, la UDEV ha conseguido relacionar al detenido con otros seis hurtos cometidos en el CHUO durante el mes de enero. Concretamente se le atribuye la sustracción de una cartera y un teléfono móvil el día 5; también una cartera y un móvil el día 8; una cartera y 150 euros en efectivo el día 9; una cartera y un anillo de oro el día 10; una cartera con documentación el 19; y una cartera y 320 euros el día 24. En todos los casos empleando el mismo 'modus operandi' y siempre en habitaciones del hospital.

El detenido, que según la Policía tiene el hurto al descuido como 'modus vivendi', aprovecha la ausencia momentánea de los pacientes o familiares de la habitación del centros hospitalarios, tanto públicos como privados, para apoderarse del dinero o cualquier efecto que pueda vender, especialmente teléfonos móviles. En ocasiones llegó a ser sorprendido por las víctimas o vigilantes, si bien el hecho no siempre acaba en denuncia ya que algunas de los afectados son pacientes ingresados o con tratamientos de larga duración.