El exsecretario general del PSOE y candidato a recuperar el liderazgo del partido, Pedro Sánchez, celebró ayer en Ourense su primer acto de precampaña en Galicia, donde ha podido medir los apoyos que tiene en esta comunidad. El abarrotado salón Marie Curie del campus le presentó un gran respaldo de la militancia que lo aclamó como "¡presidente!", pero una presencia institucional menos sustanciosa.

No asistió nadie de la dirección provincial del partido, que tampoco lo apoyó en las primarias de 2014 frente a Eduardo Madina, ni de la gestora gallega, que ya ha manifestado que se mostrará neutra. Entre los que sí acudieron a la cita están varios de los alcaldes socialistas ourensanos como los de Ribadavia, Verín, Maside, Calvos de Randín, Petín, Vilamartín de Valdeorras, Entrimo y el de O Barco, Alfredo García, que preside la Fegamp. También acompañaron a Sánchez el exportavoz parlamentario Ismael Rego; el senador Luis García Mañá; la diputada en la cámara gallega, Noela Blanco; la edil de A Coruña, Yoya Neira; el alcalde de Monforte, José Tomé, y Rocío de Frutos, una de las 15 personas que votó en contra en la investidura de Rajoy y única gallega que se declaró en rebeldía frente a la abstención socialista.

Fue ella, precisamente, la que asumió el papel de presentar al candidato ante los mil militantes que abarrotaron la sala del edificio Politécnico y otra que la organización habilitó para que los simpatizantes pudiesen seguir el encuentro por 'streaming'. Sánchez animó a todos a movilizarse para que las primarias de mayo sean el "kilómetro cero" y punto de partida del cambio político "que necesita este país y también Galicia". Presentó un proyecto en positivo dándole la vuelta al "no es no" por un "sí es sí", y apostó por un PSOE "unido a su historia y a sus militantes y no a la derecha". También se comprometió a "exigir lealtad" para el candidato que gane las primarias: "Ningún socialista es nuestro adversario, el adversario está fuera y es el PP y la derecha". Por experiencia, apuntó, "sé que criticar al secretario general constantemente es debilitar a la organización".

Tres días después de que Susana Díaz presentase su candidatura, Pedro Sánchez hace su primera demostración de fuerza en Ourense, la ciudad de la única diputada gallega que votó "no" a Mariano Rajoy y la ciudad de la "cocina de la resistencia", como definió Rocío de Frutos al comienzo del movimiento de apoyo a Pedro Sánchez tras su destitución como secretario general y la rebelión de la recogida de firmas iniciada por la militante Eva Maldonado para exigir la celebración de un congreso extraordinario. En este escenario, el excepcional recibimiento de ayer estaba asegurado.

El candidato afirmó que el PSOE vive un momento "decisivo" situado ante un congreso en junio "trascendental". Es el momento de elegir entre dos proyectos, dijo, "el PSOE de la gestora o de la abstención, o el PSOE que nosotros defendemos, el de la izquierda". Sin hacer mención explícita a sus rivales en esta carrera insistió en la necesidad de recuperar el partido "para la militancia" y de hacer "renacer" un proyecto para liderar un "gobierno socialista y no un gobierno de derechas". Así fue desgranando sus compromisos y su defensa de la socialdemocracia, "más importante que nunca ante el incremento de la ultraderecha y el fascismo".

También se comprometió a implantar las consultas con la militancia sobre los pactos electorales y a derogar acuerdos con la Santa Sede "para que empiecen a pagar impuestos". También propuso que las gestoras "duren 90 días" y no nueve meses, sin mencionar que fue él el que nombró una en Galicia que ya superaba ese período cuando abandono la secretaría general.