Aún es invierno pero la magnitud de un incendio forestal registrado en Carballeda de Valdeorras deja cifras de verano: 111 hectáreas arrasadas por las llamas entre las 13.20 horas del jueves y las 19.15 horas de la tarde de ayer, cuando la consellería de Medio Rural dio por extinguido un fuego localizado en la parroquia de Candeda.

Según las estimaciones de daños, todavía provisionales, de la Xunta, la superficie afectada fue de monte raso, aunque tanto fuentes de la extinción como la alcaldesa, María del Carmen González, confirmaron que también ardió algún monte de castaños. En los trabajos de extinción participaron un total de 1 técnico, 10 agentes forestales, 15 brigadas, 9 motobombas, 2 palas y 3 helicópteros.

El momento más peliagudo fue el jueves a primera hora de la tarde. Efectivos del Grupo de Emergencias Supramunicipal (GES) de O Barco cortaron el avance de las llamas en unas huertas, a las puertas del pueblo de Candeda (26 habitantes, según el Instituto Galego de Estatística).

El frente ardió "descontrolado" el jueves. La orografía no lo puso fácil. "Es una zona abrupta con grandes pendientes, ayer había unos 27 grados y la extinción fue muy difícil porque se propagó en laderas de fuertes pendientes", describía la alcaldesa.

En Carballeda de Valdeorras, sin apenas ganadería y agricultura, un mal común del medio rural en Galicia, suele arder, también fuera de la temporada de máximo riesgo. "Este municipio es el segundo en extensión de la provincia tras A Veiga, hay mucha superficie de monte y por eso hay más incendios, pero porcentualmente no es el más castigado", matizaba ayer.

María del González aboga por la "precaución y concienciación" por parte de los vecinos y de quienes hagan un uso lúdico del monte. "Este incendio se debió a un descuido o a intencionalidad, evidentemente, porque el monte no arde solo. Deberíamos concienciarnos y entender que es casi un pulmón".