En el barrio de Outeiro, concello ourensano de Punxín, solo hay un pequeño grupo de casas. En una de las viviendas unifamiliares actuaron los ladrones aprovechando que los propietarios no estaban. El botín, 60.000 euros en efectivo y 8.000 en joyas. Es un golpe más que engorda la lista de hechos sin resolver y acrecienta la preocupación sobre la seguridad ciudadana en el medio rural de la provincia ourensana. En los últimos 14 meses se han registrado más de 340 delitos de este tipo.

Al menos 11 de ellos han sido asaltos con violencia, pero en la mayoría de los casos los ladrones recorren previamente la zona, bien en persona o a través de "ojeadores" que trabajan para ellos y controlan los hábitos y horarios de los vecinos de ese núcleo, para entrar a robar cuando saben que no hay nadie dentro de la casa. Buscan dinero y joyas, descartando objetos informáticos o móviles. La Guardia Civil investiga el robo de Punxín con la hipótesis de que la casa fue controlada previamente.

Según información de la Televisión de Galicia, los dueños salieron de la vivienda sobre las 5 de la tarde del martes y se percataron del robo al regresar, sobre las 22 horas de la noche. El domicilio estaba revuelto. Los delincuentes entraron a través de una ventana, por la parte trasera de la casa. En el barrio hay varios perros, incluido en la vivienda asaltada, pero no hay testigos de los hechos, en principio. La vivienda ofreció una rápida ruta de escape a los autores. Está muy cerca de la N-541, que comunica Ourense con Carballiño y la autovía das Rías Baixas, la A-52.

La estadística más actualizada del Ministerio del Interior recoge el número de denuncias conocidas por la Policía Nacional -vigila la capital- y Guardia Civil -su ámbito de competencia es el medio rural- a lo largo de 2016. Entre enero y diciembre del año pasado se registraron 437 delitos de robo con fuerza en domicilios, en toda la provincia. Hubo un 1,6 % más de casos que en 2015, cuando la cifra total fue de 430 episodios. Ante la proliferación de robos a viviendas, con especial incidencia en los últimos meses en concellos como Pereiro de Aguiar, Barbadás, Toén o San Cibrao das Viñas, todos próximos a la capital y en los que abundan urbanizaciones y viviendas unifamiliares, la Guardia Civil está desplazando a esos núcleos y a otros en los que se estén repitiendo robos en viviendas, a agentes de paisano en coches camuflados, con la intención de detectar la posible presencia de personas que merodeen habitualmente por esa zona, durante horas o días seguidos.

Una proposición no de ley

La diputada socialista por Ourense Rocío de Frutos ha registrado en el Congreso una Proposición no de Ley con la que reclama al Gobierno la adopción de diferentes medidas "para hacer frente a la grave situación de robos en las viviendas en el medio rural en la provincia de Ourense". La congresista recuerda que "cada día de este año, la provincia registra, de media, un robo con fuerza en domicilio; robos que se han incrementado sobre todo en el medio rural y acompañados además de ataques a las personas. Ponen de manifiesto la violencia y peligrosidad de estos hechos, pues una vez que los delincuentes entran en una vivienda habitada el desenlace es imprevisible".

A esta situación, incide la socialista, se añade que en los últimos 5 años se ha producido una disminución de las plantillas en la Guardia Civi. Según una respuesta parlamentaria del Gobierno, el instituto armad tenía, a finales del 2010 un total de 874 efectivos en la provincia, mientras que en septiembre de 2016 disponía de 838 sobre un catálogo previsto de 927.

De Frutos urge la puesta en marcha en Ourense de los grupos de vigilancia ROCA, insta a dotar más efectivos materiales y humanos, y además pide prevención y "acuerdos con las corporaciones locales para incorporar a la policía local a las labores de vigilancia en el ámbito de sus competencias, cooperando con la Guardia Civil y la Policía Nacional".