Xinzo amaneció ayer "con las calles llenas de basura, vidrio y olor a orina", lamentaba el concejal de Fiestas, Luis Miguel Gil. Hizo un llamamiento al "civismo", recalcando que "nuestro Entroido está abierto a todos, pero pedimos a los conciudadanos y a los numerosos visitantes que disfruten sin convertirlo en un macrobotellón, donde la suciedad acabe invadiendo las calles". Guardia Civil y Policía Local controlarán la "afluencia masiva" de personas con bolsas con alcohol, y el riesgo de hurtos. Los organizadores colocaron una veintena de urinarios portátiles. Además se ha reforzado el servicio de limpieza y la recogida de residuos.