Hace pocos días que investigadores de la Policía Judicial de Madrid realizaron nuevas averiguaciones y entrevistas en Ourense por el crimen de Socorro Pérez, la mujer asesinada tras una agresión sexual en mayo de 2015, cuando hacía deporte en la zona del monte Seminario, en las afueras de la ciudad. Han pasado 21 meses de los hechos y no hay sospechosos claros. La familia expresó hace unas semanas su angustia por la falta de noticias, además de críticas a la labor policial tras la desaparición (el cuerpo apareció un mes después). Ayer, el jefe superior del Cuerpo Nacional de Policía en Galicia, Manuel Vázquez López, garantizó en Ourense medios y esfuerzo para esclarecer este suceso. "Hemos dedicado muchos recursos y se están haciendo todas las gestiones posibles para esclarecer este crimen. Seguimos en ello. Los ciudadanos han de tener claro que ningún homicidio se abandona nunca. Se comprueban todos los indicios e informaciones que llegan de manera exhaustiva".

El mando acudió ayer a la comisaría provincial para reunirse con los jefes de área de la demarcación y dar oficialidad al nombramiento de Antonio Álvarez Valencia como comisario jefe de Ourense. El de Muiños ejercía el puesto en funciones desde abril de 2016, tras relevar a Amable Valcárcel por jubilación. Hace unos días, la orden general convirtió en definitivo su nombramiento. Álvarez Valencia comandará la comisaría de As Burgas hasta su retiro por los 65 años, a principios de 2018.

El jefe provincial llegó a la sede avalado precisamente por Manuel Vázquez. El responsable gallego, anterior jefe de la UDEF, calificó ayer al comisario como un "amigo". Se conocen desde el inicio de sus carreras en Cataluña. Álvarez Valencia dio el paso en el peor momento de la comisaría provincial en su historia. Una crisis que aún no se ha resuelto y tiene múltiples derivadas, la mayoría interconectadas: los anónimos, la operación Zamburiña (4 agentes investigados por presunto trato de favor a confidentes, así como varios traficantes que tenían kilos de droga), el robo de pistolas -todavía faltan 3- y la muerte de un agente del área de prensa, C. B. A., un hecho que cumplirá un año en abril y aún se investiga bajo secreto a estas alturas.

De hecho, la magistrada Eva Armesto, la juez que esclarece el supuesto suicidio recibió hace poco un nuevo escrito sin identificación, remitido desde Santiago de Compostela. En el papel se mencionan supuestas presiones de los mandos recibidas por el agente el día antes del suceso. Este nuevo anónimo es toda una sorpresa, porque el fallecido se había responsabilizado tanto de su elaboración como de la sustracción de las armas. La comisaría de Ourense mantiene que la muerte fue un suicidio y que más agentes pudieron participar en la conspiración interna. La magistrada profundiza y llegará hasta las últimas consecuencias. La togada ha tomado declaraciones en la propia comisaría y se apoya en sus pesquisas en agentes de Madrid.

Recientemente, ha solicitado a sus compañeros de Instrucción 1 y 2, Leonardo Álvarez y Luis Doval, que les remitan sus investigaciones sobre la comisaría para unir todos los hechos en una misma causa, con la muerte del policía como hecho principal. En Instrucción 1 están las diligencias de la operación Zamburiña, con una docena de imputados y las diligencias cerca ya del cierre, a falta de un informe sobre Patrimonio de la Unidad de Asuntos Internos. El juez Álvarez mantiene el primer caso que tuvo, el de la desaparición de las armas. Es posible que esta última derivada se la remita a la juez Armesto. En Instrucción 2, Luis Doval mantiene unas diligencias abiertas por las presuntas calumnias vertidas en los anónimos.

"Lo que ocurrió no es agradable. Cuando en una comisaría suceden cuestiones así siempre es un motivo de preocupación y lo abordamos siempre de frente", valoró ayer el jefe superior de Galicia. No entró en detalles por el carácter secreto del caso que lleva la juez. El comisario provincial admitió que una de sus mayores "preocupaciones" es que se esclarezcan las operaciones internas y el crimen de Socorro Pérez.

Falta de efectivos

A pesar de los retos pendientes, el mando en Galicia quiso destacar que Ourense "es una ciudad segura", con una baja tasa de criminalidad, de igual modo que el subdelegado del Gobierno, Roberto Castro. Interior consta una reducción de un 3,3 % del total de delitos graves y leves en el año 2016 (3.643 casos registrados). En la ciudad cayeron todas las figuras con la excepción de los daños (487 delitos, un 18,5 % más) y el tráfico de drogas (18 hechos, un 5,9 % más). Álvarez, según el jefe superior, "ha demostrado en estos meses su gran labor al frente de la comisaría provincial. Los resultados operativos son excelentes", destacando operaciones contra el robo en establecimientos y casas. "Los ciudadanos de Ourense pueden estar tranquilos; la policía está funcionando bien", subrayó Manuel Vázquez. Antonio Álvarez cree que "no hay preocupación en la ciudad relacionado con la seguridad, no lo noto en la ciudadanía".

La Policía tiene en Ourense a 191 funcionario de un total de los 242 previstos en el catálogo. Servicios como custodias de presos y detenidos han detraído agentes de la calle, reduciendo las patrullas. El jefe superior espera que en verano los agentes en prácticas palíen la situación. El comisario desea "que se siga manteniendo un equipo cohesionado en la comisaría, con colaboración entre brigadas".